El Principado va a contar con siete viceconsejerías, tres más que en el anterior mandato. Hasta la fecha no era usual que en los gobiernos asturianos hubiera casi tantos viceconsejeros como consejeros, pero a mí no me ha extrañado la decisión del presidente, porque estaba abocado a ello para cubrir con el segundo nivel los déficits del primero.

Adrián Barbón salió de los caminos habituales e innovó (no me atrevo a hablar de revolución en el organigrama del Gobierno) y, a la postre, se vio obligado a reforzar con más cargos. Cuando se crea una macroconsejería, como la que gestiona IU, hay que crear una viceconsejería, aunque sea para algo tan genérico como los derechos ciudadanos, porque Ovidio Zapico ya tiene suficiente trabajo con el resto. La viceconsejería de Industria era obligada, una vez que se laminó la antigua Consejería de Industria, Empleo y Promoción Económica. Tiene que haber alguien en el Gobierno que entienda de industria y para eso se crea la viceconsejería y se pone al frente a un señor que sabe de ello, como Isaac Pola.

Más curioso es lo que ocurre con la Consejería de Fomento, Cooperación Local y Prevención de Incendios. El titular es Alejandro Calvo. En el anterior mandato tenía sobre sus espaldas todo lo que tiene que ver con ordenación del territorio, urbanismo, carreteras, trenes, agricultura, ganadería, etc. Una carga asfixiante. Ahora va a tener un viceconsejero para Infraestructuras, como en el anterior mandato, y él apenas tendrá tarea. El otro día, un colega, muy agudo, me decía que lo llamarán el consejero de los incendios.

Cuando se presentó el Gobierno, lo que más me extrañó fue que el presidente asumiera las competencias de cultura, política lingüística y deporte. No investigué lo sucedido en otras comunidades autónomas, pero me atrevo a aventurar que es la primera vez que un presidente autonómico asume estas materias. Ya anunció el primer día que habría una viceconsejería, pero creo que sería más lógico y normal mantener la Consejería de Cultura y Política Lingüística, del anterior mandato, con la actual viceconsejera ejerciendo de titular de la Consejería.

Termino con el turismo. Si con algo está relacionado es con la empresa. Hace cuatro años se cometió el error de anexarlo a Cultura. Ahora lo va a llevar la vicepresidenta, que ya tiene exceso de trabajo. De ahí la creación de otra viceconsejería. Algún día comprenderán que, por encima de cualquier otra consideración, el turismo es una actividad económica ligada a las empresas.