La ceremonia del Día de la Constitución en la Junta fue un acto que desbordó las formalidades propias de los aniversarios, para entrar en el terreno político con reflexiones muy interesantes sobre reformas institucionales. Es la primera vez, desde la victoria del ‘sanchismo’ en los comicios de 2019, en que dirigentes socialistas asturianos hablan con verdadera independencia y entran en el gran tema de Estado que es el bloqueo político y proponen reformas legales para evitar el deterioro institucional.
Juan Cofiño partió de una cuestión de principios. Ante las demandas crecientes de naturaleza identitaria, blandió la Constitución para decir que «cabe el nacionalismo no soberanista y no cabe el nacionalismo independentista». Saludó las modificaciones de la Carta Magna, si nos devuelven a los consensos del pasado. Al entrar en reformas concretas, señaló el sistema electoral para asegurar «la gobernabilidad y la estabilidad institucional». En su discurso planteó la reforma del Senado; también hizo alusión a otros aspectos susceptibles de mejora. Un discurso valiente, desde la tribuna del Parlamento, en un día señalado, que va en contra del rumbo que ha tomado el presidente del Gobierno de España, al estigmatizar a sus aliados (los grupos independentistas) y defender una salida de consenso entre fuerzas constitucionales que choca con la estrategia de Pedro Sánchez. Una intervención que lleva implícita la crítica a los discursos, negociaciones y pactos que dominan la actividad política española. Resulta satisfactorio comprobar que los socialistas asturianos mantienen un margen de distancia y autonomía con el máximo líder.
Adrián Barbón, por su parte, incidió en el tema de la reforma de la Ley Electoral. Dijo que antes era partidario del sistema asturiano de investidura, porque asegura la gobernabilidad. El talón de Aquiles del modelo asturiano es que impide a los diputados la posibilidad de votar ‘no’; una tara demasiado grave para dar por bueno el sistema. Ahora a Barbón le seduce más un sistema que mezcla la base parlamentaria con la elección directa del presidente. Ve con buenos ojos los regímenes electorales de doble vuelta. Deduzco que al presidente del Principado le convence más recurrir al voto de la sociedad para deshacer empates que poner la gobernabilidad en manos de irresponsables. Tras la ceremonia, Queipo (PP) afirmó que las palabras de Cofiño eran una enmienda a la totalidad del Gobierno de Barbón. Habrá que leer otra vez el texto.