Se acercan las Navidades, días con derecho a sentir deseos y con fechas marcadas en el calendario para hacer regalos. Por algo las Navidades, aunque sea sólo en la literatura publicitaria, se asocian a la ilusión. Adrián Barbón continúa con su indesmayable fe en el Gobierno de España y se atreve a pedirle que colme de bienes a nuestra región. Desde el Principado pide al Gobierno central que presupueste recursos suficientes para la red de trenes de cercanías, para el Corredor Atlántico, el vial de Jove y la autovía del suroccidente. Ojalá logre Barbón que llegue el maná de Madrid en forma de Presupuestos Generales del Estado.
Los presupuestos tienen varios trucos. Puede el Gobierno incluir las infraestructuras por las que clama el Principado en las partidas del próximo año, pero sin ninguna voluntad de gastarlas. Así ocurrió hace un par de años cuando aprobaron 100 millones para el vial de Jove, otros 100 para la ronda norte de Oviedo y 100 más para la ronda norte de Avilés. Terminado el ejercicio las tres estaban como al inicio. No se había gasto ni un euro. A mí me parecía muy sospechoso cuando presentaron las cuentas que para las tres infraestructuras estuviera reservada la misma cuantía. Un número redondo. Es muy fácil presupuestar con brocha gorda cuando sabes que el proyecto está sólo ‘pintado’, como así lo llaman los diputados de provincias cuando piden al ministro de turno una atención para su circunscripción electoral: «Píntame este proyecto, por favor». Ministro y diputado saben que no se va a hacer.
Otro truco consiste en poner una cuantía muy pequeña acompañando a la obra de turno. Muchas veces dicen que este año solo podremos hacer una fase concreta de la actuación porque está pendiente, por ejemplo, el estudio de impacto ambiental. Al final no se hace nada. Un truco muy socorrido es el de incluir la obra en los presupuestos, pero sólo se ejecuta en parte. Esa fue una de las razones por las que la variante de Pajares tardó en acabarse casi veinte años.
Hasta la fecha, la red de cercanías ferroviarias de Asturias acumuló todos los trucos habidos y por haber para no cumplir lo que estaba puesto en el plan. En marzo de este año, cuando ya habían transcurrido cinco años de los ocho previstos para el plan, sólo había un 3% de las actuaciones terminadas, 18% en ejecución, 8% en fase de contratación de la obra y el 71% restante estaba por las mesas, cajones y archivadores del Ministerio de Transportes. Con estos precedentes si queda una pizca de optimismo es por la Navidad.