Álvarez-Cascos reconoce que hay un amplio movimiento reivindicando su regreso a la política activa. En el espacio social de la derecha asturiana la vuelta del ex ministro de Fomento, al frente de la lista del PP en los comicios autonómicos, se ve como un revulsivo ante la atonía política del PP regional. Ovidio Sánchez acumula tres derrotas consecutivas en las urnas, pero lo más preocupante no está en los reveses electorales, sino en la falta de liderazgo, en la forma rutinaria de ejercer el papel de oposición, resignado ante la hegemonía de la izquierda. Ante este panorama, es lógico que el electorado del PP se sienta motivado por el regreso de Álvarez-Cascos a la política.

Todavía es prematuro para conocer el discurso y la estrategia de Álvarez-Cascos. Sólo está claro que el ex ministro de Fomento espera una petición formal por parte de su partido para lanzarse a la batalla electoral. Una cosa es volver, por propia iniciativa, y otra es hacerlo a petición de la dirección regional del partido. En juego todavía hay muchas cosas por aclarar, como la lista de diputados que acompañará al candidato Álvarez-Cascos, y para ganar los pulsos internos es necesario darlos en posiciones de fuerza.

No obstante, en las declaraciones del ex ministro de Fomento se aprecian algunos indicios sobre su forma de reubicarse en la política española y asturiana. El candente asunto de Jaume Matas, con un sumario cerrado en el que se le imputan una docena de delitos, sirve al político asturiano para plantear una respuesta distinta a la dada por Mariano Rajoy y su equipo. Álvarez-Cascos critica la redacción del auto judicial, en el que se va más allá de una exposición razonada de motivos para entrar en juicios de valor genéricos, con un lenguaje convencional alejado de la jerga jurídica. El ex ministro duda de imparcialidad del juez instructor, mientras que Rajoy calla y se distancia de Jaume Matas. Este contraste recuerda la distinta reacción de Rajoy y Esperanza Aguirre ante los acontecimientos de la vida política nacional. Basta recordar la respuesta de ambos ante la subida del IVA, con Rajoy votando en contra y Esperanza Aguirre llamando a la desobediencia civil. Sobre la política asturiana también deja una pista Álvarez-Cascos al comparar los sobrecostes del velódromo de Palma Arena con los de El Musel. Por ahí irá la campaña.