Victoria nítida del PP en las elecciones gallegas al lograr Alfonso Rueda revalidar la mayoría absoluta que ya habían tenido en las cuatro elecciones precedentes. El electorado no acusó el cambio de candidato, de Feijóo a Rueda, porque solo hubo una diferencia de dos escaños con respecto al mejor resultado de Feijóo. No crea ninguna expectativa el voto de la emigración, ya que del PP al BNG hay quince escaños de diferencia. El BNG y su candidata, Ana Pontón, en la que en la que habían puesto todas las esperanzas el nacionalismo y la izquierda, ha sacado un buen resultado, un muy buen resultado, pero lejos de lo que se decía en los últimos días de campaña. El gran derrotado de la noche es el PSOE, que ha quedado a cinco escaños del que había sido hasta ahora su peor registro.

No se puede culpar al candidato, Gómez Besteiro, porque los mensajes de campaña de Sánchez y los ministros fueron dirigidos a reproducir la competición de bloques ideológicos, que era tanto como animar al electorado de izquierdas a votar a Ana Pontón, que era la indiscutible líder de la alternativa al PP. Que el PSOE tenga una cuota de solo nueve diputados en Galicia, una región donde ya gobernó en dos periodos (González Laxe, de 1987 a 1990, y Pérez Touriño, de 2005-2009), debería llamar a la reflexión sobre la pérdida de protagonismo del partido en favor del nacionalismo radical.

La novedad del resultado electoral estuvo en el escaño logrado por Democracia Orensana, un partido provincial o local, que ha explotado el mantra del abandono que sufre Orense dentro de Galicia. Es un grupo de derechas, pero no lo digo de una forma rotunda, porque es un partido de autor, donde el discurso, la imagen y las extravagancias se concentran en la persona de su fundador, Pérez Jácome, alcalde Orense. Siguen siendo fuerzas extraparlamentarias en Galicia, Vox y Podemos, y también lo es Sumar. Vox obtuvo el 2,1% de los votos y Sumar, pese a ser Yolanda Díaz de la tierra, sacó el 1,8%. Podemos, otrora partido alternativa al poder, obtuvo menos votos que el Partido Animalista. Sin comentarios.

Desde una perspectiva nacional, el PP y Feijóo salen reforzados. Se jugaban mucho en las urnas y les salió bien la apuesta de adelantar las elecciones para sacar rendimiento del debate sobre la amnistía. Sánchez recibió un golpe más fuerte de lo esperado, pero en el partido, salvo Page, nadie levantará la voz. Por cierto, ¿qué habrá sido de aquellos microplásticos que recordaban al chapapote y mandarían a Rueda a la oposición?