>

Blogs

Juan Neira

LARGO DE CAFE

LA AUTONOMÍA DE GRECIA

Continúa la Escopeta Nacional. Cada semana de abril tiene un argumento castizo. Empezó el mes con Jaume Matas, continuó con Gürtel, prosiguió con la escena de falangistas contra ‘garzonistas’ y ahora estamos en la conjura de los partidos catalanistas contra el Tribunal Constitucional. Sin embargo, ninguno de estos asuntos va a tener tanta influencia en la vida de los españoles como la tragedia griega, con la insolvencia declarada del Gobierno de Yorgos Papandreu.
El FMI acaba de presentar un mapa de colores sobre la evolución de la economía mundial, para los dos próximo ejercicios, que refleja con mucha plasticidad el pozo en que habitamos: sólo siete manchas marrones en el mapamundi, una de ellas la española. En el año 2011, señalado por Zapatero como el de la recuperación, habrá únicamente tres países en el mundo que crecerán menos que España: Grecia, Portugal y Venezuela. Dan ganas de gritar que congelen el ‘Estatut’, metan en la cárcel a quien haya que meter, y dedíquense a arreglar esta ruina.
El 25 de enero empezó la desestabilización de Grecia, con la penalización de las emisiones de deuda. Una semana después, el Gobierno español rectificó los Presupuestos Generales del Estado, y Zapatero, desde Davos, planteó el discurso de la consolidación fiscal, el recorte de gastos y la reforma de las pensiones. Tres meses más tarde, nada de nada. Ni reorganización de las cajas de ahorros ni alargamiento de la vida laboral para percibir pensión ni reforma laboral.
Educación
El déficit público español sigue alimentado por los mismos motores que en el pasado año: altas subvenciones al desempleo, elevado gasto sanitario, intereses de la deuda, transferencia de recursos para clases pasivas, subvenciones a las energías renovables y obras municipales. Para financiar todo eso hay que salir a buscar dinero fuera y cada vez resulta más caro. Puede que Portugal lo tenga peor, pero el resto de los países gozan de una situación más sólida. Es urgente crear un cortafuego en nuestras cuentas públicas para quedar al abrigo de la desconfianza de los mercados. Nos jugamos todo el bienestar logrado en más de treinta años de democracia. Toca escarmentar en cabeza ajena.
El Gobierno tiene que ponerse serio y actuar con rigor. Resulta pasmoso que el pacto por la educación, que debería poner los cimientos para tener otro modelo productivo, se presente como un conjunto de medidas que costarán 1.570 millones de euros. Con la cantidad de dinero desperdiciado por los gobiernos regionales con el alumnado (el caso límite es el Gobierno vasco, que gasta 9.000 euros por alumno para tener el peor aprovechamiento académico de España), llega el ministro Gabilondo y extiende otro cheque complementario.
Deuda
Urge recortar gastos, porque la ejecución presupuestaria sigue una dinámica desbocada. Si toca reducir el gasto público, habrá que preguntarse quiénes tienen las llaves de ese gasto. La respuesta es sencilla: las comunidades autónomas.
El plan para recortar 10.000 millones de euros, entre todas las comunidades, mientras el Gobierno central engulle 40.000 millones, no es suficiente. En realidad, aunque los argumentos esgrimidos sean otros, los citados 10.000 millones no dejan de ser una vuelta atrás sobre las cuentas de la financiación autonómica, en las que se ofrecían 11.000 millones a los gobiernos regionales. El Ejecutivo central no tiene un mínimo control sobre las finanzas de las comunidades autónomas, como quedó claro cuando se negó a dar las cuentas de lo que recibirán cada uno de los territorios con el nuevo modelo de financiación.
En el 2009, la deuda pública de las comunidades autónomas aumento un 25%, hasta llegar a los 86.000 millones. En el Principado, si se ejecuta todo el presupuesto aprobado, la deuda aumentará en más de un 50% este año, y eso que es una de las comunidades más moderadas. El conjunto de los gobiernos regionales tienen previsto emitir deuda por valor de 30.000 millones de euros a lo largo del presente ejercicio. Esta carrera alocada hay que detenerla. No se pueden ofrecer servicios públicos a costa de acabar como los griegos. El gasto autónomo de los territorios puede llevarnos a tener la autonomía de Grecia. La principal objeción de Bruselas al plan de austeridad de Zapatero estuvo en el recorte de gasto de los gobiernos regionales.
Dependencia
Puestos a empezar por algún sitio, lo más práctico es renunciar a asumir nuevos compromisos de gasto, como los derivados de la extensión de la Ley de Dependencia a ciudadanos con un nivel leve de pérdida de autonomía. En Asturias ya hay 23.863 ciudadanos que cobran un subsidio o reciben una prestación con cargo a la Dependencia. Si se extienden los beneficios a los casos leves, en los próximos dos años habrá otros 5.000 ciudadanos con cargo a las cuentas del Principado. Cuando se elaboró el Libro Blanco de la Dependencia se valoraba que en nuestra región habría 6.000 personas con dependencia severa, y ya hay 10.000 atendidos por la Administración. No se pueden mantener las previsiones realizadas por el Gobierno para una época de auge económico, ahora que llevamos ocho trimestres en recesión. Álvarez Areces y Núñez Feijóo ya han pedido revisar la aplicación de la ley, así que le corresponde a la vicepresidenta Elena Salgado tomar cartas en el asunto. En un momento de emergencia hay que concentrarse en el gasto social irrenunciable: subvención al desempleo y pensiones.

Temas

por JUAN NEIRA

Sobre el autor


abril 2010
MTWTFSS
   1234
567891011
12131415161718
19202122232425
2627282930