«Yo he hecho eso», dice mi memoria. «Yo no puedo haber hecho eso» -, dice mi orgullo y permanece inflexible. Al final, la memoria cede”. (Nietzsche).
Resulta muy llamativo ver la indignación del PP de Oviedo no sólo en sus palabras, sino también en su lenguaje gestual, indignación a resultas de los presupuestos municipales para el año próximo. Digo esto porque, con independencia de su indiscutible derecho al desacuerdo, antes de escenificar tanto enfado, hay un paso que debería haber dado el partido conservador de nuestra ciudad, consistente en haber pedido disculpas a la ciudadanía por el lastre que supone para el asunto de Villa Magdalena. Porque esgrimir excusas inconsistentes no es pedir perdón.
Desde luego, se pueden aducir argumentos en contra de los recortes presupuestarios del Equipo de Gobierno a la Fundación Princesa de Asturias y a la gala de los premios líricos. Del mismo modo que también hay razones para sostener que existen prioridades más apremiantes. En uno y en otro caso, estaríamos hablando de un debate de ideas.
Sin embargo, dadas las circunstancias, nos falta un primer paso que el PP no dio y que no parece dispuesto a hacer, y ese primer paso es asumir la situación y pronunciarse al respecto.
Puede entenderse la difícil coyuntura que atraviesa el PP de Oviedo, empezando por el escándalo relacionado con el caso Pokemon que implica a su cabeza visible. Siendo cierto que no deben hacerse juicios paralelos hasta que haya una sentencia, el panorama estaría más despejado si Caunedo hubiese dimitido para defenderse desde afuera, sin dar la impresión de que se agarra a su puesto por encima de todo.
Pero resulta que no sólo no se produjo esa dimisión, sino que además tampoco se asume el tremendo error que supuso Villa Magdalena. Y, aun así, no les falta ruido y furia para arremeter contra unos recortes que el Equipo de Gobierno piensa aplicar, recortes que, perdón por insistir en la perogrullada, pueden ser discutidos, obviamente.
Por otra parte, a propósito de los recortes a la Fundación Princesa de Asturias, si acudimos a las hemerotecas, puede haber sorpresas, puesto que, siendo Alcalde Gabino de Lorenzo, hubo desencuentros entre el entonces Equipo de Gobierno municipal y la mencionada fundación. Pero, claro, cuando algo no conviene, cuando algo colisiona con el discurso del momento, lo más fácil, que no lo más convincente, es obviarlo.
Demasiado ruido, excesiva furia, abundante amnesia. Por favor, sosiéguense. Y no pierdan de vista que las hemerotecas están ahí.