OVIEDO: ARRIBA Y ABAJO
Por lo que leo en EL COMERCIO, hay un desacuerdo manifiesto entre Somos y el PSOE de Oviedo acerca de los futuros usos en los terrenos de la antigua fábrica de armas. Rosón había propuesto un enorme recinto ferial para esos espacios, que cumpliese funciones parecidas a la ya legendaria Feria de Muestras de Gijón, mientras que la concejala socialista Ana Rivas pide calma y sugiere que, de momento, hay que centrarse en planificar el área de El Cristo-buenavista, o sea, paso a paso.
Más allá de otras muchas consideraciones que puedan hacerse, lo cierto es que estamos en un momento clave para la planificación del futuro de la ciudad y que ese futuro pasa, ante todo y sobre todo, por lo que vaya a llevarse a cabo en los terrenos de la fábrica de armas y en el área del viejo hospital.
En efecto, arriba y abajo. Lo de arriba, o sea, lo del área de El Cristobuenavista, supone una situación que nunca tendría que haberse dado si se tiene en cuenta que, en el momento mismo en el que se empezó a construir el HUCA en los terrenos de La Cadellada, tendrían que haberse arbitrado soluciones y destinos para un barrio de Oviedo que iba a notar mucho el impacto de la desaparición de la principal área sanitaria de la ciudad. Pero, retóricas hueras aparte, se fue posponiendo todo hasta el momento. Desde luego, en este caso, la responsabilidad es compartida entre los gobiernos autonómicos y municipales en todo este tiempo, sin perder de vista que la crisis llegó sin avisar cuando se estaba construyendo el nuevo HUCA, es decir, que es altamente probable que en la mente de algunas luminarias estuviese presente más ladrillo, mucho más.
Y, en cuanto a los terrenos de La Vega, desde luego, nos lo fían muy largo, pues las negociaciones con el ministerio no van a ser rápidas, de hecho ya se están prolongando mucho. Pero, ante todo y sobre todo, tengo para mí que, cuando llegue el día en el que se incorporen a la ciudad, en primer término, será todo un descubrimiento. Y, en segundo lugar, dada la ubicación, así como la enorme superficie que tienen, sin olvidarse tampoco del patrimonio arquitectónico que atesoran, la potencialidad de los referidos terrenos es gigantesca, por mucho que el declive demográfico que sufre Asturias no ayude en este sentido.
Estamos, con todo, en un momento clave para el futuro de Oviedo, lo que se dirime aquí no son magnolios ni farolas, ni esculturas de dudoso valor artístico en muchos casos por doquier, sino algo tan decisivo como el crecimiento de la ciudad y lo que ello conllevaría en cuanto a servicios.
