A VUELTAS CON EL CAMPO DE SAN FRANCISCO
«Presentí que caminaba más que por un parque por el interior de un poema que había escrito, en un sofoco de amor, el dios del lugar» (Xuan Bello).
El pasado domingo, Leopoldo Tolivar Alas publicaba en EL COMERCIO un excelente artículo acerca del estado actual que presenta el Campo de San Francisco, así como de sus necesidades más urgentes, necesidades que, en muchos casos, vienen de lejos.
Desde luego, no sólo estamos hablando de un espacio en el que todos los carbayones tenemos vivencias de distintas y distantes etapas de nuestras vidas, sino que además el Campo de San Francisco es un desahogo no sólo como pulmón de Oviedo, sino también como un paisaje genuino, que sigue conservando árboles centenarios, que además se encuentra en el centro mismo de la ciudad.
Desde luego, sería un alivio que, más pronto que tarde, se rehabilitase el quiosco de la música, obra del arquitecto Juan Miguel de la Guardia, cuya obra dejó una huella indeleble en nuestra ciudad.
Desde luego, hay que tomarse muy en serio la conservación del mosaico de Antonio Suárez en el Paseo de los Álamos, un mosaico que fue sometido a lo largo del tiempo a continuos descuidos que provocaron el deterioro que presenta.
Desde luego, hay que pasar de las palabras a los hechos desde las instituciones, tanto desde el Ayuntamiento como desde la Administración autonómica.
Dicho todo lo cual, conviene recordar que se trata de una situación que tiene mayor recorrido en el tiempo que el que se corresponde con el actual equipo de gobierno y que, ante todo y sobre todo, no valen los parches para salir del paso provisionalmente.
No deja de ser llamativo, por otro lado, que los emblemas de esta ciudad sean el legendario Carbayón y el Campo de San Francisco. El primero, como bien se sabe, lo hemos perdido físicamente, si bien es un recuerdo común que perdurará para siempre jamás de nuestro mundo.
Y, en cuanto al Campo de San Francisco, tal y como nos recuerda Leopoldo Tolivar en su magnífico y documentado artículo, todavía está muy próxima en el tiempo la reacción ciudadana a aquel proyecto de Gabino de Lorenzo que pretendía un canje del subsuelo del parque para compensar el pufo económico de Villa Magdalena.
Hay que solucionar lo urgente y conviene no olvidar que los debates estériles son cortinas de humo que buscan apartar la atención de lo que realmente es importante.
