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Rafael Fernández Tomás

Reflexiones de Belarmino

el parque del paisano.

Gustavo Sema, de Sanroque, en Quito, Ecuador;  Eusebio Sanchez Vilar, de Oviedo y Vasil Ivanov Vasilev de Bulgaria, conversaban sobre sus cosas, cuando recién descendido del autobús que, de la calle Uría me llevaba al Cementenerio de El Salvador en Oviedo, con una rosa y un clavel rojos, camina hacia la tumba de mis padres.

Bajo el cielo azul, el fuerte frío pero con el encanto del Aramo totalmente nevado, caminaba en aquella serenidad que dan los cementerios tan útil para meditar, cuando me topé con el Mausoleo de la familia Massaveu y recordaba al primo de mi padre, Nicanor tan querido por mi él, Lola y sus hijos.Un día cuando había salido a colación aquel Mausoleo, Nicanor me comentó que allí había fallecido su padre,obrero,al caerse de la parte superior cuando se estaba construyendo.

Al llegar a aquella tumba de granito negro donde descansan Pura y Rafael, que es facil de ubicar por que en el frente sólo pone  PAZ. Allí descansaban ambos, ahora abrazados, luego de 20 años de estar separados.Pura había fallecido en 1990 y enterrada con gran cariño y sepultada entre rosas y claveles rojas a los 72 años y Rafael en 2010, en el total silencio que el dispuso para su cremación ,y acompañar a Pura.

La visita era de agradecimiento por haberme dado la vida y de recuerdo a mi hermano mayor, el primer Rafael Fernández Tomás, fallecido a los 20 días  de hambre, en la salida masiva del pueblo español en 1939 en Los Pirineos.Yo en cambio celebraba ese día el cumplir los 75 e inevitablemente lo afortunado que me sentía.La vida había sido muy generosa conmigo. La había vivido como la había sentido y pleno,recordando a aquella compositora chilena Violeta Parra, cuando cantaba: “gracias a la vida por haber dado tanto”.

Después de conversar con ellos, ante la total ausencia de persona alguna, recordé que una cosa me faltaba: la fotografía para enviárselas a mi esposa , mis hijas y mis nietos en Cancún. En eso estaba cuando encontré a aquellos tres hombres ,  Gustavo, Eusebio y Vasil Ivanov que  se ofrecieron generosamente a acompañarme a la tumba y sacar la foto.De pronto,  un nombre distrajo la atención de aquellos hombres:  ¡ Si es el nombre de NUESTRO PARQUE, el Purificación Tomás!  y allí surgió como si estuviésemos los cuatro comiendo un asado en el Parque, una largo conversación que sólo entre trabajadores se puede dar; un Ecuatoriano(de San Roque, en Quito, remarcaba), otro asturiano de Oviedo(remarcaba de Ventanielles, el barrio obrero, desmarcandose de la burguesía ancestral de la calle Uría) , un Bulgaro, callado, y un mexicano-asturiano).

Gustavo comentaba lo que le extrañaba que a su hijo le enseñasen tan poco de la historia de los últimos 100 años, y como percibía que en la sociedad todavía se mantenía lo de la Madre Patria; Eusebio comentaba sus estudios sobre la Revolución de Octubre de 1934, y recordaba que en aquel parque había una escultura de una muchacha Rosa, que había sido un símbolo de aquella época( le comenté que se trataba de Aida de la Fuente la muy joven comunista que cayó, allí en el Naranco, en octubre del 34).

Callado, corpulento, con algunas canas y alto, al oír México, Vasil Ivanov nos dice: ” donde Stalin mandó a asesinar a Stalín”, y le comenté que en 1940, el creador del Ejercito Rojo en la Unión Soviética( que copió de San Ignacio de Loyola la organización de los jesuitas siglos atrás para organizar aquel ejercito que derrocó al Zar Nicolás II), y como en el barrio de Coyoacán, muy cerca de donde vivían Diego Rivera y Frida Khalo, aquel hijo de una comunista española, Ramón Mercader, por órdenes de Stalín,para liquidar al único obstáculo que tenía, con un piolet en la gabardina se lo había clavado en la cabeza, a aquel tan importante lider y pensador, creador de la IV Internacional,perseguido en todo el mundo y recibido, por supuesto por México, y como León Trosky resistió con vida con aquel piolet clavado en su cabeza más de hora, mientras llegaba la ambulancia, y lo llevaba al centro de la ciudad,de apenas dos millones de habitantes.

No le comenté en aquel momento que en un Vis a Vis, en la cárcel de Lecumberri, la jovencísima Sara Montiel había procreado con él la única hija que tuvo. Cuando me enteré, a aquel hombre tan despreciado por mi,me dejó un dejo de envidia  por que Sara Montiel  era un sueño para jóvenes como yo en México que no olvidábamos su belleza en aquella Fumando Espero.

Pero Vasil Ivanov, nos dio una lección sobre Grecia y su historia y su cercanía histórica con Rusia, y como el pueblo ruso, la Madre Rusia, reaccionaba cada vez que se sentía en baja.Una verdadera lección.

Comentaba yo que Pura, que conoció en 1931 a Rafael en la calle Caveda en Oviedo para ir a un Campo Socialista en Brañes, en el Naranco, y que después regresaría 40 años más tarde, rentaron un apartamento en la misma calle Caveda, y como Pura, desde aquel 1931, y luego desde su 8o. piso en la calle Arguelles,con vista al Naranco, siempre había soñado con que un pedazo de aquel exclusivo monte fuera público, y soñaba con el Parque del Paisano, donde pudieran pasear los paisanos,sus hijos y sus nietos, los jóvenes y los emigrantes,  y como, recién terminado, fallece Pura aquel 10 de noviembre de 1990 y el Ayuntamiento presido por Antonio Masip, amigo entrañable le pone el nombre de Pura, que aunque más tarde quisieron volverlo Monte Alto el PP, se ha mantenido,como refugio de hombres, mujeres y niños como mis anfitriones..

Poco antes de la una de la tarde la conversación terminó por que aquellos hombres, que serían los sepultureros del Cementerio de El Salvador  tenían un servicio.

Al salir, a la calle,donde Belarmino recorría en el automóvil , bajo la conducción del teniente Torrens, para entrevistarse sólo con el General López Ochoa, y negociar  la rendición en 1934 y aquello que le soltó: ” recuerde usted que esta es una reunión de general a general.Usted el del Ejercito y yo de los Revolucionarios”

Mientras  esperaba el autobús, una bocanada de aire fresco,como regalo del Aramo, entraba en mi.

 

 

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