El avión de Alitalia surcaba de nuevo el Océano Atlántico. Juan Pablo II, conversaba con su Nuncio en México Monseñor Girolamo Prigione y con Marcial Maciel. El hombre que había que impulsar con vistas al futuro era Emilio Carlos Berlie Belanzaurán.
El Arzobispo de Tijuana, la mayor ciudad fronteriza con los Estados Unidos no era un hombre cualquiera. Emilio Carlos Berlié media 1.82 de altura , robusto, con ojos claros y que se movía como pez en el agua en el Vaticano.El jugaba en Grandes Ligas y un ejemplo lo es que, en aquel momento, estaba construyendo 60 Iglesias en su Arquidiocesis , simultáneamente.Asunto no menor, su intima relación con Marcial Maciel y el apoyo del Cartel de Tijuana delos hermanos Arellano Félix.
Toda vez que había quedada vacante la Arquidiocesis de la ciudad de México con sus 20 millones de habitantes, por la renuncia por edad del Arzobispo Corripio Ahumada, aquel puesto se veía apetitoso, y Marcial y Juan Pablo II decidieron impedir a toda costa la llegada del Cardenal Juan José Posadas Ocampo, obispo de Guadalajara, que tenía el apoyo de 51 de los 53 obispos de la Iglesia Mexicana.
Sólo no lo apoyaban Emilio Carlos Berlie Belanzauran,conocedor del apoyo de Roma y el Arzobispo de Tehuacan ,Puebla ,Norberto Rivera.Ambos eran la antítesis. A la personalidad de Emilio Carlos, Norberto Rivera, moreno, bajo,pueblerino. Los unía nada más a los dos ser abiertamente miembros de los Legionarios de Cristo.
Emilio Carlos no sólo tenía aquellos apoyos, sino también de aquel siniestro Presidente de México Carlos Salinas de Gortari, que con el Tai Chi,( el manual chino de la Guerra), en la mano, fue capaz no sólo de llevar a México a la ruina sino a asesinar a quien se le presentara enfrente,al grado de que al terminar su mandato de seis años, tuvo que huir de México y refugiarse 8 años en Irlanda..
Cuando recibió por primera vez a Juan Pablo II, le informó que su Programa de Apoyo Social se llamaría, desde ese momento , Solidaridad ,en homenaje al sindicato de Lech Walesa en Polonia que tanto quería Woijtila.
Fríamente calculado una tarde de primavera Prigione comunicó a Posadas Ocampo de su visita y la hora de llegado a Guadalajara, por que tenía que inaugurar una mueblería. El 24 de mayo de 1993, a las 15.45 horas en el Aeropuerto, en el estacionamiento, fue acribillado a balazos el Cardenal Posadas Ocampo. La confusión que se genero en el aeropuerto donde perecen otras 6 personas impactó al país.De inmediato el Gobierno de Salinas,lamentaba el hecho e informaba que aquello había sido producto de un enfrentamiento donde los Arellano Feliz habían confundido al Cardenal con el Chapo Guzmán, líder del cartel de Sinaloa.
Por supuesto, casi de inmediato el Arzobispo de Guadalajara y Presidente de la Conferencia Episcopal del país, enérgico, señalo que aquella versión no era cierta, sino que el Cardenal había sido asesinado.Por supuesto el Gobierno mantuvo la tesis del enfrentamiento .
A los tres meses en un ambiente de crispación el Papa visita Mérida, Yucatán.En el Aeropuerto de Mérida se encontraba este autor y su esposa, y por protocolo, al ser Diputado Federal, los colocaron en primera fila.De pronto, con el espacio aéreo ya cerrado, aparece aquel avión de Aeromexico que aterriza y de él, aparecen todos los obispos del país:los 53, quienes se dirigieron a la tribuna arriba del autor, lo cual evidentemente llamó la atención.
(Lo que sintetizo a continuación fue la declaración de los Obispos que dieron a los tres días de la salida del Papa a la prestigiosa revista Proceso)
“Cuando el avión del Papa aterrizo, mientras se celebraban los actos protocolarios, todos los Obispos(que llevaban una carta par hacérsela llegar al Pontífice, donde declaraban que lo del Cardenal no había sido un enfrentamiento sino un asesinato) fueron subidos a su autobús y llevados a la histórica ciudad de Izamal a 120 kilómetros de Mérida.Allí se cambiaron, prepararan su papel en el acto eclesiástico y al terminar, sin poder acercase al hombre, los suben al autobús y los llevan a Mérida, al Palacio Episcopal, a la comida.
La sapiencia italiana de Gerolamo Prigione, distribuye las mesas de forma tal que ninguno de los 51 obispos que apoyaban aquella carta,pudiera sentarse en la mesa del Papa.Molestos, esperaron que bajase de su siesta para entregarle la carta,pero 15 minutos antes de que despertara, los volvieron a subir al autobús rumbo a Xoclán, en la periferia de la ciudad de Mérida a la Gran Misa popular.Lo mismo: celebraron su papel en la misa y cuando el Papa regresaba al centro de Mérida en olor a multitudes, los obispos son llevados de nuevo al autobús y de allí al aeropuerto con destino a la ciudad de México, con la carta arrugada sin poder habérsela entregada.
¡Eran nada menos que todos los obispos mexicanos!.”
Por supuesto nunca los recibieron y días después, en un desayuno de todos los diputados con el Presidente en el Salón de Usos Múltiples de la residencia presidencial de Los Pinos,donde también estaba este autor, en medio del discurso y luego de romper el silencio total haciendo mención a un hecho importante respecto a su sucesor Luis Donaldo Colosio,que distrajo la atención y los comentarios de los comensales, dice Salinas, casi imperceptiblemente: …Su Santidad Juan Pablo II reconoció que la muerte del Cardenal Posadas fue un enfrentamiento entre narcos”.(nada más, ni nada menos).
Pero la maniobra de Juan Pablo II, de Marcial Maciel y de Carlos Salinas, no salió adelante nunca, por un hecho,que muestra que cuando las cosas se hacen mal, más tempreano ue tarde la verdad sale a la luz.
Cuando los Arellano Felix son acusados del asesinato, buscan de inmediato a Berlié y le exigen que intervenga. Este hombre ante la presión de sus benefactores nombre al sacerdote Montaño, hombre íntimamente ligado a él ,para que acompañase a México a los Arellano, para aclarar ante el Presidente su inocencia. Nunca era publica su presencia, pero“ tratándose de Dios y la Virgen de Guadalupe aquello era diferente”
Este desliz causo tan mala impresión entre el Nuncio y Salinas, que casi de inmediato el todo poderoso Carlos Emilio Berlie Belanzaurán, es trasladado de Tijuana a Mérida,donde terminaría en el ostracismo. La maniobra había fallado.
Por supuesto fue nombrado Arzobispo de la ciudad de México, el otro, Norberto Rivera y luego nombrado Cardenal.
Pero el no tenía los tamaños….
Fue así como aquel candidato de Marcial Maciel, nunca llegó, dejando despejado el camino a Ratzinger, que sacaría todos los trapos sucios de Maciel y lo echaría de la Iglesia.
Allí empezaría el declive de aquel hombre que, inspirado por el Caudillo por la Gracia de Dios, había iniciado su cabalgadura en el barrio de Tlalpan,al tiempo que Trosky era asesinado por Stalin en 1940
Y, ahí, como siempre pasa, empezaría el ascenso de la verdad.