Copa de champagne en la mano, y sus sonrientes amigos, Don Rouco Varela, en el piso,en el exclusivo barrio de Madrid donde ahora vive,sonreía.A él, Francisco I, el Obispo de Roma, le”había hecho los mandados”.Cuando lo destituyó de aquella forma no sabía el dardo envenenado que,encargado a Rajoy, iba a entregar a través de la escuela publica a la juventud española:La asignatura obligatoria […]