Era una comida en 1970,en el Restaurante El Herreo, a un costado de la Alameda Central, en ciudad de México.Nos reuníamos varios amigos como reconocimiento a Victor Manuel y Ana Belén.Aquel lugar, por supuesto era punto de encuentro de los asturianos de México y los que lo visitabana. Uno de sus socios era Urcesino Tomás, el hijo mayor de Belarmino,quien con los recursos como futbolista profesional a su llegada a México en 1939, donde fue campeón del fútbol mexicano profesional,en el Asturias en 1946,se dedicó al comercio .Era lugar de encuentro de toreros, futbolistas como Isidro Lángara, Luis Regueiro, y tantos más.
Aquel sábado, Urcesino le pidió a un amigo que tenía facilidad de palabra que les leyese a Victor y a Ana, un poema de un exiliado de la guerra, andaluz.Al escucharlo, los ojos de alguien tan sensible se humedecieron y le pidió a Urcesino, si le podría poner música, a lo cual accedió Urce y se lo obsequió. por su visita a México.
Aquel poeta andaluz, había llegado a México entre los casi 2,000 primeros exiliados a México en 1939 en el Sinaia, y se había trasladado, por razones desconocidas a las ciudad de Culiacán en el Pacífico, donde radicó muchos años.Era conocido y querido aquel hombre triste, con mínimos recursos, pero con un talento innegable.Los que lo conocieron de esa época lo recordaban como una hombres triste y sólo, como si tuviera algo clavado en el corazón.Era su exilio, su tierra andaluza, sus amistades,su vida, sus luchas como militante comunista y que, ocasionalmente, trataba de olvidarle con la bebida.
Ese hombre, en sus visitas a ciudad de México, siempre acudía con los amigos del Horreo. Las conversaciones, la esplendida comida, el recuerdo del terruño, y el cariño donde, viendo sus dificultades económicas, siempre permitían que firmase, hasta que un día antes de irse a Monterrey, donde murió, seguramente pagó la cuenta con aquel poema llamado Asturias.
El talento de aquel poeta andaluz que sólo estuvo una vez en Asturias en la Revolución de Octubre de 1934, y el del cantautor nieto de mineros, hicieron que surgiese esa canción que hoy en casi todos los pueblos de Asturias los jóvenes terminan sus fiestas: “Asturias,si yo pudiera”.
En un modesto homenaje a aquel andaluz quiero usar este blog para trascribir aquel poema escrito el 20 de octubre de 1937.
A S T U R I A S
Asturias,si yo pudiera, si yo supiera cantarte. Asturias verde de montes y negra de minerales.
Yo soy un hombre del sur;polvo,sol,fatiga y hambre, hambre de pan y de horizontes.¡Hambre!.
Bajo la piel resecada ríos sólidos de sangre y el corazón asfixiado sin venas para aliviarte.
Los ojos,los ojos ciegos de tanto mirarte sin verte, Asturias del alma hija de la misma madre.
Dos veces,dos, has tenido la ocasión para jugarte la vida en una partida y las dos te le jugaste.
¿ Quien derribará este árbol de Asturias, ya sin ramaje, desnudo, seco y clavado con su raíz entrañable.
que corre por toda España crispándonos de coraje.Mirad obreros del mundo su silueta recortarse.
contra ese cielo impasible, vertical, inquebrantable,firme sobre su roca firme herida viva su carne
Millones de puños gritan su colera por los aires, millones de corazones golpean contra sus cárceles
Prepara tu último asalto lívida muerte cobarde prepara tu ultimo salto que Asturias está aguardándote sóla, en la mitad de la tierra, hija de la misma madre.
Gracias Pedro Garfias en el Monterrey en México donde descansas, por haber captado en una sola visita con tu enorme sensibilidad el espíritu de Asturias, sus verdes y sobre todos los negros de la heroica Revolución de Octubre de 1934 y los 461 días de la defensa del Frente Norte cuya cabeza fue Asturias.
Gracias a Victor Manuel, amigo, por haberle puesto tu música al poema de este andaluz y por toda tu vida congruente con tu abuelo minero y la clase proletaria.
Gracias a ti, Urcesino, querido tío, que con tu bonhomía, lograste unir a ambos talentos y que hoy gozan las nuevas generaciones de asturianos en su fiestas populares.