Se llenan la boca,muchos con gran ignorancia, mostrando en el fondo que desean que nada nada cambie, con palabras y gritos: ¡Son anticapitalistas!,¡Esos rojos de siempre!, radicales venezolanos!,etc.etc.
Me cansé.
A los 75 años soy más radical, mas anticapitalista y más rojo que a mis 18 .Y lo digo con orgullo.
Soy radical por que voy a la raíz de los problemas, aunque a veces no se puedan resolver : soy anticapitalista por que el sistema económico de producción que ha sido la desgracia de millones y millones de los pobres del planeta, a lo largo de la historia, es el SISTEMA CAPITALISTA DE PRODUCCION.Que hayan existido experiencias para substituirlo sin lograrlo, no significa que esté de acuerdo con él. Habrá generaciones posteriores que encontrarán la forma de que entre 7,900 millones de personas, 15 países sean los dueños del 90 % de la riqueza mundial y el resto de los 181 países que están reconocidos een Naciones Unidas,se distribuyan el 10 %.
Soy rojo, por que en el siglo XIX, en plena Revolución Industrial, en plena miseria de los obreros y la acumulación de la riqueza por parte de los dueños de los medios de producción, surgieron dos grandes pensadores alemanes Carlos Marx y Federico Engels, que sentaron, desués de estudiar durante toda su vida, el conocimiento de por que se concentraba a lo largo de la historia en unas cuantas manos y que miles de millones apenas tenían para sobrevir.
Y fueron estos dos grandes pensadores alemanes, los que impulsaron la organización de los partidos y organizaciones obreras que surgieron para luchar en contra de esta situación. Y los partidos de la Primera Internacional, los de la Segunda Internacional y los de la Tercera Internacional, escogieron el color de la sangre, el ROJO como símbolo de los que luchaban por cambiar.
Entre claves y rosas rojas tengo enterrados a mis abuelos, a mi hermano y a mi madre, y en todo el mundo, no sólo Europa, el rojo era el símbolo del cambio.
Y yo, modestamente lucho por cambiar y así ha sido, es y será toda mi vida.
Hoy que se mucho más ,y cuanto más se, soy mucho más radiacal, anticapitalista y rojo que a los 18 años que no conocía bien la historia.
Hay quienes son naranjitos, que no quieren cambiar nada, miembros de un centro que deja las cosas como están, y yo, por supuesto, no quiero dejarles a mis hijas y mis nietos las cosas como están.
Por eso, soy RADICAL, ANTICAPITALISTA Y ROJO, A MUCHO ORGULLO.