Una hora más tarde se iniciaba aquella manifestación.Al observar el entorno aquellos 2 jóvenes vieron la trampa.Una gran calle en su principio, con sus 3 pequeñas callejuelas que daban a la enorme Normal de Maestros.En ambas, a la espera centenares de policías, y a escasos 500 metros de donde se iniciaría, aquellos jóvenes con pelo corto, drogándose en aquel parque con varas de bambú.
Nadie entendió razones y aquella manifestación de 5,000 personas, se iniciaba a las 5 de la tarde de un 10 de junio.Al llegar la cabecera al final de la gran calle donde se iniciaba la Normal de Maestros, uno de ellos,en la cabecera como uno de los organizadores, saludó a su hermano menor que se incorporaba más atrás a su columna.
Al llegar a la av. principal San Cosme, y dar vuelta a la izquierda para proseguir, se encontraron con la policía que cubría toda la avenida.Por sorpresa, en un acto perfectamente calculado, la policía se abrió y surgieron los “halcones” aquellos jóvenes paramilitares que estaban en aquel parque preparándose.Con sus M-1 automáticas, se lanzaron contra los manifestantes, quienes ante los tiros huían como podían en dirección opuesta de aquella avenida.Las callejuelas, impedían que nadie saliera.Era una ratonera.
Corriendo bajo el temor de que alguna bala les llegase en cualquier momento, llegaron a un sitio seguro.Uno de ellos, preocupado por su hermano menor que había entrado, llamó a la casa de la familia, informó que estaba bien pero nadie sabía del hermano.Regresó al lugar inicial de la manifestación en el Hospital Ruben Leñero a buscar su volchito,cuando el ensordecedor ruidos de sirenas de las ambulancias que llegaban al Hospital, indicaban la magnitud de la agresión.Se estableció un sistema para obtener los datos de los heridos que iban llegando por decenas,cuando de pronto, el silencio se volvió total. Médicos enfermeras y los asistentes, acababan de ver a 5 halcones en la puerta que se dirigían hacia ellos, con sus M1
El instinto los llevó a entrar por al edificio izquierdo,el más pequeño, que con un gran pasillo de vidrio en el segundo piso conectaba al edificio principal. Los médicos y enfermeras, de inmediato les dieron ropa de enfermos, para que en las camas pareciesen como tal.Por supuesto no era fácil. Los pobres enfermos con pelo coto y en malas condiciones, contrastaban con aquellos dos jóvenes con abundante melena y buen aspecto.
Uno de ellos pensó que era el final.En cualquier momento entrarían los halcones. Por suerte para él, que había firmado los manifiestos públicos sobre el por que de esa manifestación, los halcones entraron por el edificio grande y esa zona estaba tranquila.Muy diferente suerte se corrió en el el otro, donde los halcones, entraban a los quirófanos y asesinaban a los que estaban operando.
¿ Como era posible que sucediera eso en plena capital del país?,Y el Presidente Echeverría estaría enterado?. Imposible que no lo supiera.
A las 10 de la noche, se dirigió a un doctor y una enfermera jóvenes, solicitándoles ayuda para salir, dado que el era uno de los dirigentes, y aquella buena pareja con sus batas blancas, regresaron y dijeron: Imposible el Servicio Secreto ya se hizo cargo del hospital.
A la una de la mañana aquella pareja regreso y le dijo a él y a su amigo que se vistieran, para intentar sacarlos.Un calcetín no aparecía y con la chamarra negra que había comprado en España y con la que se había entrevistado con el Presidente Allende, salieron, cuando de pronto en el camino se encontraban 2 miembros de aquel servicio secreto que al preguntarles que quienes eran, del fondo de su corazón aquel joven, por supuesto más que por, valor, era por miedo , siguió caminando: “Somos familiares y no estén chingando” y…pasaron sin problema, bajaron hacia fuera y encontraron el volchito y a las 3 de la mañana hicieron un alto a 3 kilómetros de allí en Caldos Zenón,y pidieron un enorme caldo de pollo con tortillas.Allí por primera vez pudieron respirara aliviados. Comunicándose con su familia aquel muchacho les explicó que estaba bien y sus padres le informaron que ya había ido la policía a buscarlo y que Jorge su hermano estaba bien
Esa noche en le televisión, el principal locutor del país triste vocero del régimen, dio su nombre entre los que se buscaban por haber participado en el “asesinato de 20 estudiantes”.
Desde es día hasta que aquel presidente, logró su triple objetivo acabar con el movimiento estudiantil 3 años después de Tlatelolco, tirar a quien quería substituirlo y al rector de Nuevo Leon,que había tirado y que fué el origen de la manifestación.
Fué le hermana de Ferenando Claudin el dirigente del Partido Comunista de España que había denunciado con Joge Semprun, a Santiago Carrillo, quien con su marido le dieron refugio, hasta que logrado los objetivos de aquel presidente “reformador”, entonces los buenos eran los dirigentes estudiantiles y nuestro amigo a quien le ofrecieron una página entera del diario El Universal,con toda la información recogida en la UNAM, donde estaban los nombres de los 102 muertos, los nombres de los generales que prepararon a los Halcones, publicó una página que duraría un día. QUEREMOS EL CASTIGO DE NUESTROS MUERTOS, dando a conocer públicamente toda la información.
(Esto fue relatado por el autor al diario Granma quien lo publicó con más detalles el junio de 1971).
Ese día el autor de esta columna, que tenía 31 años, volvió a nacer, así que hoy cumple apenas 45, y cada año lo celebra.
En recuerdo, a 10,000 kilómetros y 45 años de distancia de los mujeres y los jóvenes estudiantes que fueron masacrados en la ciudad de México, tres años más tarde de la Matanza de Tlaltelolco.