Cuando aquella mañana a las 6 , cruzaba la ciudad con sus chandals,a correr en el viejo bosque, y a buscar su árbol, no sabía que Freud explicaba por que el hombre desintegra a la mujer en dos, la madre y la puta, y la mujer, igualmente ,entre el padre y el cabrón.
Sabía que había dentro de él una lucha entre el Eros y el Tanatos, y de difícil lágrima, después de hacer ejercicio, iba en busca de “su árbol”.Y allí, relajado recorría su vida, empezando por la punto de aquel árbol como su fecha de nacimiento, y lo que iba recordando de aquellos años, hasta que al llegar a los 6 años, siempre empezaba a llorar y llorar.No sabía por que, pero era un gran alivio, el haber aprendido a llorar en el Instituto Wilheim Reich,de la calle de Asturias, de aquella ciudad.
Todo el proceso de su vida era una lucha entre la vida y los obstáculos que en su mente inconsciente lo llevaban a hechos que retrasaban su crecimiento.
En ese proceso, a sus 30 años caminando por aquella avenida, al pasar por una librería, algo lo detuvo. Un libro, al fondo: “MIEDO A LA VIDA”, casualmente de aquel hombre alemán, discípulo de Freud, pero que señalaba que todo lo que habíamos vivido no estaba tan sólo en la mente inconsciente, sino también en el propio cuerpo, en los músculos, y que la salida de toda esa energía salía gracias al Orgon.
Había pasado por psicoanalistas, para saber que frenaba su desarrollo y en aquella ocasión, después de un viaje por la Unión Soviética, el doctor Rivas,psicoanalista de la selección nacional, señaló que tenía una coraza caracteriológica muy fuerte y le sugirió aquel Instituto llamadao, también, Wilheim Reich.
Era una serie de masajes de varios días, muy profundos. Un día una hora con una pierna, otro con un brazo, y así hasta la cara.Varios días, donde aquellas mujeres especialistas me ayudaban a entender. Un día,para sorpresa suya, en su muslo derecho con el masaje profundo entre los músculos, empezó a recordar cosas olvidadas de cuando a los 4 años era mascota en el equipo Asturias, como más tarde en un llano, jugando entre amigos, se acercó aquel “Tapatio Meza”, robusto, trabajador de la empresa Compañía de Luz y Fuerza del Centro y les dice a él y a su mi hermano Carlos , a los 12 años, si querían entrar en el Necaxa(equipo de primera división, comparable a que te dijeran que a los 2 años te interesaba llegar a las fuerzas básicas del Atlético de Madrid) y de aquel muslo,acumulado los recuerdos del fútbol fue entendiendo la importancia de los trabajos de Reich.
El hombre podía tener eyaculación o las mujeres tener placer, pero no sería hasta que desde el fondo de vientre, surgiese el Orgasmo, cuando se liberaría toda aquella energía.
¿ Como fui encontrando en mi proceso vital que me había pasado a los 6 años y por que buscaba instintivamente MI ÁRBOL en el Bosque de Chapultepec?, fue parte de un proceso que tengo escrito aquí en Asturias, que se llama”ENTRE MAREAS”, que vía digital lo publique vía Bubok, siempre gratuitos, como ” Belarmino, uno más de los sin nada”, o ” Pura y Rafael, 125 años de Moral pública” y “Ya basta”,tratando de trasmitir por si a alguien le era útil esa experiencia.
Sin propaganda alguna se fue trasmitiendo boca a boca y agradezco a las o los 322 lectores que les interesó y lo han leído.