Escuchó usted bien amable lectora o lector. Hoy parte del Reino Unido, apareció en el tan temido “corralito” argentino,.
Con una libra desplomándose y nadie que quiera gobernar hoy, día con orballu asturiano, más gris debe de estar Londres y la City. Días difíciles desde que el antiguo y todopoderoso Imperio Británico de la época victoriana, hubiera dejado de serlo, pero hoy sumida en un verdadero problema por la irresponsabilidad de David Cameron y por la decisión mayoritario de su pueblo.
A ello, debemos agregarle, que el líder del UKIP, el hombre exaltado que veíamos en nuestras pantallas luego del SI, renunciase anteayer a dirigir el país.Sin vergüenza, abochornado luego de su visita a Bruselas y el recibimiento que le dieron, sobre todo Juncker, declaró que su proyecto de vida terminaba al haber logrado la salida de Europa. Ahora que los estropicios los arreglen otros.
Tristeza, pero también un poco de humildad que no le vendrá mal a ese pueblo a quien tanto debemos como Shekespeare y la máquina de vapor, pero que en momentos ,en su inmenso poderío, quiso ser un ejemplo para los hindúes,para los australianos, los neocelandeses, los canadienses y todas aquellas colonias africanas,países en los cuales recalcarán la noticia tras haber sufrido la humillación por siglos.
El problema hoy en Europa es que el Brexit, y el decretazo ayer de Manuel Valls, al comienzo de las vacaciones de verano, sin oposición que en estos momentos desmovilizada por las “intocables” vacaciones de verano, implantando, por presión europea, la Reforma Laboral, mientras que en España, que ya la sufrimos no hay partido que no ofrezca modificarla por lesiva,empieza un nuevo ciclo sin saber adonde nos llevará.
De nuevo, como a lo largo de los siglos, el mapa europeo empieza a moverse.Hay que dar gracias a ser los europeos que han vivido en paz 70 años, los primeros en mil años en la Europa siempre convulsa y cambiante.
Así son los procesos históricos.Hemos terminado uno y empieza otro.