Hemos mantenido y mantenemos que de aquí al 19 de enero del 2017, la respuesta de Barack Obama a Rusia, en el silencio, como el dijo, se daría. Que el común de los mortales lo interpretaremos como los medios de comunicación ligados a la gran potencia desearan, pero que el mensaje a quien osó y, logro, penetrar el sistema electoral de los Estados Unidos, lo iba a entender Vladimir Putin.
Observamos como, el día anterior a la trileteral de Rusia, Turquía e Irán, la CIA mató a aquel embajador ruso en Ankara, con la ayuda de aquel fotografo de AP que “pasaba casualmente por el lugar”, y que sacó espectaculares fotos del asesino blandiendo el arma, pero sin que en ningún momento lo dejase hacer su labor.La imagen difundida internacionalmente por AP, no dejaba dudas: Un turco asesinaba en Ankara al embajador de Rusia.
Por supuesto,Putin, Erdogán y Jamanei, entendieron el mensaje que continuaron con tan importante reunión.Pero el mensaje a Putin, el lo sabía, era la respuesta callada de Barack Obama.
Cuando hace unos días cayó el Tupolev en el trayecto de Sochi a la base militar rusa en Siria, muchos observábamos que aquello era mucho más que la caída de un avión. Era la caída de un avión donde iba una de las joyas de la corona de la cultura rusa: El Coro del Ejercito Ruso, que desde 1928 millones conocimos y disfrutamos.
Yo he viajado en los 80, recién inaugurados, en un Tupolev de Moscú, a Túnez y de allí a Cuba. Lo recuerdo como un avión largo, estrecho en su interior, con dos asientos al lado del estrecho pasillo, donde apenas circulaban aquellas robustas azafatas rusas. Un viaje muy pesado.
Sin embargo este avión que volaba con tan preciada carga cultural y que había salido bien de Moscú, tuvo que hacer escala en Sochi, en Ucrania.Allí tenía que repostar para continuar su vuelo hacia Siria para dar un concierto.
El avión despegó y en minutos, sin ninguna señal de alarma, cayó en el Mar Negro, con la muerte de todos sus integrantes, pero sobre todo con parte del Coro del Ejercito Ruso.
Putin, que sabía que podía tratarse de otro recado de Obama, de inmediato designó nada menos que Medyeve, su mano derecha a investigar, con un despliegue formidable de cientos de barcos, buzos, aviones, para saber de que se trataba. Y ayer se encontraron las cajas negras.
Nunca Putin iba a reconocer que fuera producido una intervención extranjera, sino que no encontrando prueba de falla técnica que pudiera analizarse en el extranjero, solemne, mando al Secretario de la Defensa que diera el resultado de la “investigación”.” UN ERROR DEL PILOTO QUE NO SUPO MANEJAR LOS FLAPS DE LAS ALAS DEL AVIÓN “(SIC).
Como en los viejos tiempos de Stalin, sacrificaron al piloto, su memoria, historia, sus 3,000 horas de vuelo, y se habrán comido lo que, yo entiendo, fué la segunda respuesta de Obama a Putin.
Mientras el nuevo Zar de la Madre Rusia, presumía de haber perfeccionado 160 nuevas armas en su lucha por la estratégica Siria contra el Estado Islámico y algo más, Putin añoraba con que llegase ya el 2o de enero.Obama era capaz y lo va ser de más acciones.
Si hemos visto la reacción al desplante de Netanyahu, al no Vetar E:U: la resolución del Consejo de Seguridad, lo que la da por primera vez en la historia la legalidad a la Comunidad Internacional para obligar a Israel a aceptar los DOS ESTADOS y parar los asentamientos, a aquel enviado del aquel sábado a Washington amenazante, que no hará todavía contra Putin.
He planteado que la siguiente respuesta, con la ayuda de todos los senadores demócratas y tres republicanos es que Rex Tillerson, el Presidente de la Exxon Mobil la mayor empresa petrolera de los Estados UNidos, condecorado por Putin, y propuesto por Trump para ser Secretario de Estado, NO LLEGARÁ A SERLO.De ser asi será un muy fuerte golpe para Trump, pero también para Rusia
A partir de este día ,este modesto blog, dado que se inicia una nueva etapa de la humanidad demasiado importante, estará dedicado al análisis de los asuntos internacionales, dado que hay compañeros en este blogs que se ocupan muy bien de Asturias y de España.
Los acontecimientos mundiales son los mismos que se han repetido a lo largo de los 12,000 años de nosotros, los humanos, con la diferencia de que hoy hay ARMAS NUCLEARES.