Hace una semana, Doña Angela tuvo que ceder. Del manejo que hace de Europa ha creado un superavit impresionante y, para convencer a Martin Shultz para volver a  la vieja alianza entre CDU y SPD, sacó de la manga casi 70,000  millones de euros para aceptar la exigencia del socialdemócrata.

El euro subió ese día, la bolsa también. La preocupación en Europa cedió.La Gran Alemania estaba a punto de tener gobierno por fin y con ello frenaría un poco el ascenso del francés Emmanuel Macron, como un líder europeo de poder.El De Gaulle francés lo llaman y ya sabemos como se la gastaba el general, a la hora de poner a la FRANCE a la cabeza, enfrentar a los Estados Unidos y discutirle el liderazgo a la siempre potente Alemania.De aquella época es que Francia tenga 300 armas nucleares.

Pero, ¡oh, sorpresa!, los planes de ambos líderes están en vilo por las reacciones del Partido Social Demócrata Alemán, cuyos resultados de septiembre del 2017, fueron los peores desde 1933. Ayer irrumpió el líder de las juventudes del partido un muchacho de 28 años llamado Kevin Kunhte, a oponiéndose con todo para revivir aquel acuerdo que siempre ayudó al gran capital y cedió en la calidad de los alemanes de a pie.

Pero no sólo fueron ellos, sino que también dos Federaciones, la de Sajonia y la de Berlín, también ya manifestaron su rechazo.Su razonamiento: De hacerse este gobierno quedaría al frente de la oposición la extrema derecha nazi del AFD.

Está en manos de Shultz el futuro de la señora Merkel. El domingo tiene que atravesar la barrera de 5,000 dirigentes pero en menos de un mes, los socialdemócratas tendrán que llevar el proyecto ante los 450,000 militantes.

Y, al día de hoy, Alemania lleva 113 días sin formar gobierno, más lo que se acumule.

Mientras, Emmanuel, sigue saboreando aquella cena y aquel pato, en la Ciudad Prohibida, mientras en el Comité Central del Partido Comunista Chino, seguirán comentando la diferencia entre un ignorante que no lee como Trump y aquel francés que les habló en Chino Mandarín, nada menos