Dos hombres habían perdido piso y nos llevaron a la confrontación. Mariano Rajoy y Puigdemont.
El primero en Galicia, soboreando los pulpos tan caros de este año; el segundo empezando a tener dificultades no sólo con los independenetistas sino con sus propias compañeros del PxC.
Martha Pascal, se felicitaba del diálogo con Torra, a lo que de inmediato tuvo reparos don Carlos.Pero la respuesta a la hora de esa desavenencia, Pedro Sánchez mando retirar la supervisión sobre las cuentas de Cataluña, dandolo fuerza a Torra y a Martha Pascal.
Así es la historia. Una vez desaparecido Jordi Pujol, apareción un joven prometedor llamado Carles Puigdemont, quien, ya en el poder agarró su camino propio.
Puigdemont, enfrentado con Oriol Junqueras, en su dorada estancia en Bruselas, perdió piso, hasta que tuvo alguien con otro nivel y percepción de la mano dura y las Togas de Rajoy, y este fue Pedro Sánchez.
Y ahora resulta que con la política del diálogo llegó Torra y empezaron las pesadillas que aquel le había creado a Pujol.
Los catalanes, que tendrán una salida DENTRO DE LA CONSTITUCION de sus demandas, irán marginando paulatinamente a su ” President en el exilio”(sic), quien muy posiblmente termine en la carcel o en un larguisimo exilio, mientras se recomponen las fuerzas independentistass catalanas con Junqueras al frente en ese proceso transversal.
Mientras el gobierno avanza, en el silencio, hay alguien que teje el proyecto de nación, suavemente, como la hecho hasta este momento: el vasco de 37 años, Redondo, el Jefe de Gabinete.