Nunca se imaginó aquel chaval ovetense que a los 20 años, estudiando Derecho,le hicieron aquella cena antes de que la Universidad de Oviedo lo mandase a Bruselas, donde según el períodico Avance, 500 personas pagan su cena para desearle exito.Secretario General de las Juventudes Socialistas de Asturias, que años más tarde el General Lázaro Cárdenas que nacionalizaba el petroleo, sólo, contra las Siete Hermanas(norteamericanas, inglesas y holandesas), iba a mandar en 1939 a Don Gilberto Bosques a París, con sólo un objetivo: ayudar en todo lo que pudiera a los republicanos españoles que, 271,000 de ellos estaban en los campos de concentración de Francia.
Entre ellos estaba aquel joven Ovetense que luchó hasta el final por defender la Segunda Republica Española.
Al llegar a Paris, Bosques, hombre de todas las confianzas de Cárdenas, Ministro,Embajador, lo primero que hizo en París fue hacer saber cuantos estaban en aquellos campos, la orden de Cardenas.Hizo una carta que se distribuyó entre todos los 271,000 que a letra decía: “SI USTED ES ESPAÑOL Y REFUGIADO DE LA GUERRA TENGO EL HONOR DE DECIRLE QUE DESDE ESTE MOMENTO LAS PUERTAS DE MEXICO ESTAN ABIERTAS PARA USTEDES”.
Cuando ningún país les abría las puertas, aquella carta fue una jarra de agua fresca,entre ellos para aquel ovetense, su esposa,tras perder a su primer hijo de 20 días por haambre y haberlo enterrado en Los Pirineos.
De inmediato llegaron cartas, miles de cartas, explicando su situación y deseando ir a aquel lejano país,el de Villa, Zapata. Don Gilberto Bosques firmó 84,500 visas, pero sólo pudieron salir 34,000.Esos 34,000 fueron la Emigración Verde como les llamo.No padecieron, lo que se quedaron en los campos, ni los que quedaron en España, ni muchos menos que los que más de 500 pasaron por los hornos alemanes, pero ellos llegar a aquel país donde los recibían como heroes en Veracruz, fue una bendición.Aquel ovetense en Veracruz, con su esposa y embarazada del que escribe, llegó a aquel país y como todos en España, en Europa, los que habían salidos vivos de aquellos bombardeos de la Legión Condor sobrevolando Oviedo pero sobre todo Gijón, capital y Soberana de Asturias a ganarse la vida y sacar a la familia adelante.Él lavó platos en el Bar Cantábrico
Bosques que rescató también a judios, tiene un monumento en Tel Aviv, pero en nuestra España nadie sabe de él,como tampoco, cuando en 39 Cárdenas supo que Manuel Azaña era perseguido en Francia, enfermo y con poco dinero, dió instrucciones al embajador Luis E. Rodriguez para salvar la vida del últitmo Presidente de la República, al cual encontró en Montabun, pequeña ciudad francesa .Habló con él, lo ofreció ir a México, a Suiza.Al ir a gestionar a París lo de Suiza y darle un dinero a Azaña, recibió la llamada de Don Gilberto Bosques, informándole que una brigada falangista había cruzado Los Pirineos para cazar a Azaña.
Don Luis E. Rodriguez, de inmediato suspendió su viaje y alquiló el mejor hotel de la ciudad, y allí colocó en el balcon la bandera mexicana haciendolo territorio mexicano y allí instaló a Azaña, su familia, su médico con dignidad; se instaló con sus propias gentes y todos los republicanos que cupieran.
El 14 de septiembre día que se conmemora la Independencia de España, sus gentes vieron merodear a aquel grupo de falangistas. Luis E. Rodriguez, arma en la mano con sus gentes también armados, salieron y aquellos falangistas huyeron y no volvieron nunca más.Nunca supieron que Don Luis, era descendiente de Villa.
En noviembre de ese año moría en aquel hotel el último Presidente de la II República Española.Informado por el delegado de Vichy, se prohibió que fuera publico el entierro y sobre todo, que, de ninguna manera podía colocar sobre su féretro la bandera republicana.
Rodriguez se le enfrento y aquel día fue público el entierro de Azaña, y en palabras de Rodriguez, si no podía ser enterrado con su bandera, sería un honor colocar la bandera mexicana sobre el ataud y detrás de ellos empezaron a aparecer centenares de banderas republicanas, rojo, amarillo y morado hasta el cementerio.
Allí yace el cuerpo de Don Manuel Azaña,cubierto por la bandera mexicana.
Me río de los que habiendo sepultado en 40 años a sus viejos,como corresponden, nadie sepa quien fué Bosques, Rodrriguez y muchos ni siquiera Azaña, el tan prestigiado y comentado hazaña en estos blogs, y que ahora pretendan enfrentarse a la Memoria Histórica.
Aquel chaval Ovetense que regresó a sus 64 años a volver a luchar, EL UNICO ENEMIGO A QUIEN VILLA ECHO(con gran honor para sus descendientes) no tiene en todo Oviedo, la ciudad de la agria Burguesia de la Calle Uría, la ciudad de la Collares y la preferida del ” comandantin” una sóla mención de su existencia.
Hay oventenses y hay ovetenses