Cuando Lawrence de Arabia ayudaba a aquellas tribus árabes, para ayudar a Inglaterra a derrotar al Imperio Otomano en la Segunda Guerra Mundial, no se imaginaba, lo que un descendiente del Rey Faisal, iba a hacer 70 años después: descuartizar a un periodista opositor, friamente con medico forense al frente, arrancandole las uñas y después, vivo, cortarle la cabeza, en un consulado en tierra turca en Estambul.
Esa acción contra un saudita que criticaba desde el Washington Post al régimen de los jeques por falta de libertad, va a llevar, con las sanciones internacionales en camino , a que Arabia Saudita vaya a buscar el apoyo del Nuevo Zar, ganón indirecto de este acto.
Entre lo que el hace,más para lo que viene de fuera, cada día va avanzando y avanzando.