A escasos días de la celebracion del 40 aniversario de la Constitución de 1978, el país está haciendo aguas preocupantes que hay que saber atajar para que no pasen a mayores.

La fractura más grave se está dando en uno de los tres poderes del Estado. HAY UNA FEROZ BATALLA EN EL SENO DEL PODER JUDICIAL, que ha salido a la luz con las 2 resoluciones sobre los bancos y las hipotecas y con la filtración del torpe señor Cosidó de como opera el Partido Popular en la sala numero 2 del Supremo para tener una abierta ingerencia del Poder Político sobre el Judicial.

Esos dos hechos más la resoluciones judiciales europeas que han puesto een evidencia a la española sobre el caso de Cataluña, han creado en el seno del poder Judicial, una feroz batalla por su control, ante una ciudadania que ahora DUDA DE LO QUE SURJA DEL SUPREMO.

¿Hubo rebelión en Cataluña y se tomaron decisiones por parte del Partido Popular incruentas para aplicar la Togas en un problema político.?

¿La banca es capaz de hacer doblar al poder Judicial?; ¿el PP está engarzado de tal forma que sigue, incidiendo sobre la justicia?

¿ Por que las resoluciones europeas en Belgica y Alemania, han dejado tan tocado a nuestro Poder Judicial?.

Por supuesto que va a tener que darse una cirugía mayor en este tema.

Pero es que la corrupción imperante en el sistema,el fracaso del Bipartidismo hasta la entrada al poder legislativo de un partido que recoge lo peor del franquismo que está en la linea de flotación entre lo legal y lo ilegal, nos obligan a dejar atrás los discursos del día 6 entre Juan Carlos I y los “padres de la constitución”.

Dejemonos de llenarnos la boca con todo lo que paso en el 78 y lo que no se cumple de esa Constitución, o vamos a ir peligrosamente hacia atrás,en momentos mundiales delicados.

La feroz batalla en el Poder Judicial es un ejemplo claro.Necesitamos actualizar la Constitución de 1978, de hace 40 años, a un texto que reconozca la sociedad del 2018 y sus soluciones.

Finalmente vamos a terminar felicitando al señor Cosidó y a Carlos Lesmes, por habernos ayudado a saber lo que imaginabamos pero no teniamos pruebas.