Cosas de la vida a ambos los he conocido.Bastante màs a Felipe Gonzàlez,amigo, y Andrès Manuel Lòpez Obrador, conocido.Los dos respetados por este modesto luchador social.Dos personalidades distintas, dos paises diferentes, dos continentes, dos formas de hacer gobierno.

Cuando naciò Andrès Manuel en Tabasco, Mèxico, Felipe ya tenìa 13 años desde que naciò aquel dìa en el modesto depertamento en Sevilla de su padre un hombre de Cantabrìa que encontrò su lugar en la capìtal andaluza.

Cuando Revilla hace unos meses, estaba en ” La Chingada”, con su amigo Andrès Manuel, ya tenìa en mente lo de la necesidad de una vez por todas del AVE, y en ese clima tropical de Tabasco, lleno de verde y agua por doquier,donde Andrès Manuel tenìa su pequeño rancho que asì se llamaba, lo materializò. Tanos años luchando, 16, por la Presidencia, decìa que si no llegaba nunca a la Presidencia se irìa a La Chingada, y asì nombrò a su rancho.

Felipe,en su primera visita a Mèxico, tras el Congreso de Surennes, no llegò a conocer a Andrès Manuel, ni creo que se hayan entrevistado nunca, por que ambos refelejan dos proyectos diferentes.En aquella ocasiòn , Pura mi madre, me pìdiò si pòdìa enseñarle   a aquel joven sevillano la ciudad de Mèxico y montarle su primera conferencia de prensa en aquel paìs.Y asì fue, yo ya habìa fundado el Partido Socialista de los Trabajadores.

Felipè cuando estuvimos en el impresionante Zocalo virreynal, con su gran agudeza, quedò impresionado por los murales de Diego Rivera en las paredes del Palacio presidencial, pero nunca se imagino, ni yo tampoco, que 20 años màs tarde aquel niño nacido en Tabasco era el lider natural del paìs y en aquel enorme Zòcalo,al hacerle el segundo fraude, se iba a declarar Presidente Constitucional, iba a llenar el Zocalo permanentemente y todo el paseo de la Reforma.

Felipe cuando estaba en La Moncloa, tan sencillo como el primer dìa que comimos en el Saborns de los Azulejos, que habìa recibido a desayunar en la calle de Madro en 1914 a Emiliano Zapata y a Pancho Villa, se ubicò en La Moncloa, y de ahì no salìa durante años y años, màs que a los eventos publicos,viajes o vacaciones, se quedaba con sus bonsais cuando todavìa era la esposa dee Carmen Romero.

Andres Manuel no llegò por un Congreso. Se hizo en los pueblos, en las caalles,en el polvo.Lo intentò una vez y, nada,la oligarquìa no se lo permitìa y asì la segunda, hasta que en la tercera con un pueblo de 133 millones de habitantes, diò un empujon brutal a la pinche puerta y en 2 horas derribò  a un sistema de 80 años.

Felipe enterado de aquel espectacular triunfo,donde estaba su muy amigo Carlos Slim, quien  habìa contribuido a transformar el Centro Històrico de la ciudad encabnezado ya por Andrès Manuel jefe de Gobierno del D:F: y habìa restaurado muchos edificos històricos, en uno de los cuales tenìa an la calle de Madero, en un piso tres despachos con su aparttamento incluido: uno era para Felipe, su asesor, otro para Garcìa Marquez y el otro al doctor de la Fuente, hoy representante de Mèxico en la ONU, habrà recordado todo aquello.

Pero a diferencia de Felipe y sus bonsais, Andrès Manuel, como queriendo justificar que tras de levantarse a las 6, reuenirse con los Secretarios de Defensa, de Marina, de Seguridad Pùblica y, ojo, con la que pudiera ser la primera Presidenta de Mèxico, hoy gobernadora de la ciudad capital Claudia Scheuman, da todos los dìas una conferencia de prensa llamada La Mañanera y luego a media mañana, va al aeropuerto se sube en una aviòn comercial, donde trabaja, se toma selfies con los pasajeros y saluda a quien lo desee, para llegar a una ciudad donde miles y miles de hombres y mujeres, hacen colas en ocasiones de 10 horas para verlo,

Decìa ayer, “ES QUE EN PALACIO NACIONAL NO ME HALLO…… LO MIO ES RECORRER EL PAIS, HABLAR CON LA GENTE “.

Dos hombres de origen cantabro, presidentes de sus paises, excelentes personas y lideres de primer nivel, de quien he tenido el orgullo de conocer y de ayudar a Felipe en asuntos de Mèxico, pero a Andres Manuel, seguirlo con millones por Paseo de la Reforma y empujar y empujar.

Cuando la puerta reventò yo estaba en Asturias.