El acto de hoy a las  9 de la mañana en la explanada del Palacio Real en homenaje a las decenas de miles de españolas y españoles que han fallecido en 3 meses, sin esperarlo motivado por la pandemia mundial del Covid 19, no sólo una fue una acto sobrio, elegante, emotivo, sino el camino para las dos siguientes etapas que se nos vienen de ahora hasta el 2025: LA UNIDAD NACIONAL:

La enorme explanada para 20,000 personas, estaba ocupado por 600 sillas, en forma de circulo, alrededor de un pebetero con una llama en recuerdo de todos.En ella sólo no faltaron ninguna de las instituciones de la Nación, Ejecutivo, Legislativo y Judicial; no sólo estaban presentes, sin excepción, los presidentes de las 17 comunidades; todos los ex presidentes, salvo Felipe González(algo pasa en su entorno), los representantes de los municipios y representantes de todos los HEROES de este golpe mundial contra el ser humano, sino que estaban todos los dirigentes de la Unión Europea.

Con ellos los representantes de las 12 iglesias reconocidas en España, haciendo valer lo que es el estado español: Su ser LAICO.

Organizado milimetricamente por el actual gobierno, con la misma sobriedad con que se sacaron los restos del dictador Francisco Franco, el acto duró exactamente los 50 minutos.Antes de los 3 discursos, y acompañado por música de Brhams, sobrió, todas las autoridades, salían de dos en dos a depositar las rosas blancas que se les había proporcionado, caminando hacia el pebetero y dejar en aquella losa, alrededor del fuego, ese simbolo de respeto y cariño, a los forjaron la España actual y murieron sin poder despedirse de un familiar, a los más jóvenes y a aquellos que fueron la primera linea de batalla, los sanitarios, cuyos ojos fue lo último que pudieron vivir los caídos por esta pandemia.

En la emoción del momento, con las últimas notas de la música, hablaron el hermano del periodista Jose María Calleja, una representante catalana por todos los sanitarios y luego el Jefe del Estado, con tono firme. Al regresar éste e ir a sentarse,con ternura, se veía a la hija Leonor que se pusiera la mascarilla.

En las afueras muchos familiares que no pertenecían a esos 600, pero que no habían podido despedirse, se sentían reconfortados, por que esa extraordinaria ceremonia, servía para ellos de despedida..

Ahí estaba la España actual unida, rindiendo en el funeral de Estado el respeto por estos 28,404 y su obra sobre la tierra.

Orgullo……..