En ese despacho, que hoy existe gracias al EJERCITO ESPAÑOL, pero que nadie sabe donde está. Ahí si dirigio la resistencia al fascismo, se firmaron los Belarmino, la Soberanía de Asturias.Aquel niño de 8 años, murió a los 58 añós en México, tras recorrer Brasil, Argentina, Venezuela, Panama, Chile y Costa Rica, ya exilado trasmitiendo a los dirigentes de aquellos países lo que era el sindicalismo español