Quien le iba a decir al todopoderoso abogado del poder JUAN COLLADO, aquel domingo que en el mejor restaurante de México, con langostas y Dom Perignon y comiendo con su esposa la actriz Yadhira Carrillo, que tardaría menos de un año, en que su esposa pidiera apoyo médico urgente por su deterioro en el Reclusorio Norte.
Nadie se imaginaba en Llanes en el entierro del padre,me parece, en la Iglesia, el todopoderoso llanisco que se había ido a a hacer “Las Américas”, y que siendo el abogado del poder, intocable en México, iba a caer y menos las dificultades para resistir la cárcel mexicana.