Vamos a tratar en forma sintética y con nuestra óptica, los riesgos que acarrea el 4 de mayo en Madrid.
Recuerdo aquellos tardes en el café Madrid, inolvidables, a los 15 años escuchando a aquellos hombres refugiados hablar de lo que había sido la República,de las ilusiones perdidas, y la presencia en el café Sorrento de León Felipe, escucharlo, y ver, en una de aquellas noches sus conversaciones con el “Che” Guevara, que trascenderían en el tiempo, han sido inolvidables.
Un joven que desde niño se movió entre los colegios republicanos, la familia socialista, a una madre pidiendo cantar en las cenas de Navidad o Noche Buena, en Vértiz nuestra casa las canciones asturianas a capela, que me gustaba y no sabía el por que, hasta que regresé.
Vengo pues de un desmitificado Exilio Mexicano, que he llamado al conocer todo el proceso, la Isla Verde. Socialistas, Comunistas, Republicanos, Anarquistas convivían y eso envolvió mi adolescencia.
Como ·” Secretario general de las Juventudes Socialistas de México”, mi mente absorbió tantas y tantas conversaciones y consejos de aquella generación y viví hechos como cuando invitamos a Indalecio Prieto, sin saber nada de lo que fue El Vita en una conferencia para los jóvenes en el Centro Republicano. El lleno, la emoción de tantos que dificultaban el paso de aquel cuerpo gordo, bajo y con su inconfundible negro, y que al tardarse saludando, me acerqué a él y le dijo: ” Don India, ¿ cuando quiera?, y viéndome a los ojos me respondió escueto: ¡¡Y si quiero !!.
No sabía la historia del Tesoro del Vita, y de su apoyo a la Revolución de Octubre en 1934, transportando armas a Asturias, y años más tarde decir el grave error de octubre del 34.
De ese marco, a mis 25 años, vine por primera vez a España.Era 1965 y coincidió, sin saberlo, con un Congreso de las Juventudes Socialistas en Tolouse, y los compañeros en Francia me pidieron que les ayudase en esa visita a España, a contactar con los dirigentes en Madrid, Galicia, Asturias y el País Vasco.Tome el vuelo de Air France y, por vez primera estaba en París.
En México, había comprado discos mexicanos de obsequio en Mercado de discos en la avenida San Juan de Letrán, aquella avenida, donde el doctor Loredo Aparicio, acostumbrado a leer cerca de las vías del tren en Madrid, aquella noche, sin saber que las medidas de los trenes mexicanos y españoles no eran las mismas falleció al ser golpeado por aquel tren.En aquella tienda me metieron los discos en un envoltorio de plástico que para mi iba a ser salvador.
En París, con la emoción de encontrarme con aquellos compañeros, repartí varios banderines triangulares de la bandera republicana, el Rojo, Amarillo y Morado, donde por fortuna uno se me quedó en las maleta y que iba a jugar su papel en aquel viaje.
Y ahí estaba España, ahí estaba Madrid y el impacto que significó para mi, pero que me llamó la atención tantas monjas y sacerdotes por las calles, algo inedito en ciudad de México.
El viejo Madrid, para mi(el de los Austrias, supe después)me impactó.Conocer a aquel profesor en su oficina de Marques de Cuba, que era Tierno Galavan, las visitas de mi madre a unas direcciones de edificios viejos y sencillos, donde al tocar la puerta, y oir una voz con miedo, ¿quien es? y contestar, ” El nieto de Belarmino Tomás”, las puertas se abrían y aquellos compañeros entre lagrimas me abrazaban, y los contactos donde el primero fue en la libreria del Corte Ingles de la Castellana donde me encontraría con un compañero con no abundante cabello y su suéter azul de tríángulos que se llamaba MIguel Boyer, fueron mi primer contacto con Madrid.
De ahí, tras pasar por Santiago de Compostela, tome el autobús en La Coruña y llegué ,por fin a Asturias, a Oviedo.Me instalé en un hotel Robledo quiero recordar, cuando tras asearme para ir a una comida con Nicanor y Lola, primo de mi padre, unos fuertes toquidos en la puerta, y aparecen dos hombres de gabardina y sombrero: ” Esta usted detenido, acompáñenos”.Aquel hombre duro era un tal Comisario Ramos.
Al llegar al cuartel de la Guardia Civil en Pumarín, donde permanecería diez días, se me revisó el equipaje, en un mesa grande.Me preocupación eran los documentos y las direcciones, cuando surgió algo.Aquel Delfino Ramos tan experimentado, con un chaval de 25 años, sin ninguna experiencia, de pronto fijó su vista en el banderín republicano. ¡¡Esto es una provocación!! y sus aspavientos por el MORADO , en ese minuto, por puro instinto, saque los discos y metí los documentos y los puse como revisados.
Ya en el calabozo de Pumarín, ¿como deshacerme de aquellos documentos?.
Fumaba pipa. Los rompí en mil pedazos. Empecé a querer usarlos con la pipa, pero todo se llenó de jumo, en el water y se tapaba ne segundos, hasta que tomé una chaqueta,Abrió el forro y allí os guarde. Cuando a los 10 días me echan del país y conozco la Estación del norte, a sus bellas mujeres esposado, gratuitamente me conducen 2 guardias civiles hasta San Juan de luz.Ya en territorio francés, fue deshacerme de aquellos papelitos.
Síntesis, al maniqueísmo de México, caí en el maniqueísmo de Ramos contra EL MORADO.