Marruecos y la derecha española lo tenían bien preparado.Un grupo se concentró frente a la Audiencia Nacional, para exigir justicia contra el Presidente de la República Arabe Saharahui y líder del Frente Polisario, Brahim Bali.

Dos personas en lo individual, pero sabiendo quien estaba detrás de ellas, presentaron 2 querellas contra él. La jugada era que ya que estaba ingresado en España, la justicia le quitara el pasaporte o tomase medidas cautelares.Así lo ha estado exigiendo la representante de exteriores del reino que hoy tiene al hijo de Hassan II, el hombre que tomo por la fuerza el Sahara Occidental en 1975, llamado Mohamed VI.

Para ellos abrieron las fronteras de Ceuta e movilizaron en camiones  de todo Marruecos a población para entrar a una Europa, donde hay lo que en aquel país no tienen. Los 5,000 millones de euros que incluye Palacios, criados, industria, aviones que surgieron del trabajo del pueblo de Marruecos.

Pero en España encontraron a un solido defensor del país y el único presidente de la Transición que no hizo de Marruecos su primer destino: Pedro Sanchez, quien fue a París a a reunirse con Macrón.

Los durísimos enfrentamientos de ayer, que muchos expertos dicen que no se dio con la “batalla de Perejil” de Aznar, encontraron respuesta firme no sólo del gobierno sino de la justicia española.

El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz, desestimó las acusaciones y no tomó ninguna medida cautelar contra Brahim Bali que sigue hospitalizado en Logroño, recuperándose del Covid..

Mohamed VI, ha sufrido por sus torpezas en estos 15 días graves reveses. Primero en España; luego en Europa, más tarde en el marco internacional y lo que más le duele el ridículo que hizo ante su propia población al usarlos como lo hizo