Cuando los problemas no se resuelven, más temprano que tarde, salen a la luz y, en ocasiones explotan.Tal es el caso de Cataluña, de la falta de un gobierno estable y de las divisiones históricas, desde 1921 entre el PSOE y el nacimiento del PCE.

Desde 1714, España no ha sabido como resolver el problema de Cataluña. Siempre presente, apaciguado por la dictadura, impulsando su deseo de autonomía durante los gobierno de Gonzalez y de Aznar, sacando recursos para armarse a cambio del puñado de votos que surgían de las elecciones, llegaron en un momento en 2007 a desafiar al Estado Nacional.

La dureza del PP de Soraya, y la actitud de un poder judicial sin renovar, los llevaron a un enfrentamiento que los hicieron crecer hasta estar cerca del 50 %.

El pueblo español volvió a expresarse en los últimos años y debilitó al PSOE al  dar su voto por una posición más radical y es así como surge Podemos.

Hoy, necesitado para sacar los presupuestos, Pedro Sanchez impulsó los 1,700 millones para la ampliación de El Prat,pero desde un principio tuvo la negativa hasta de Podemos, por cuento las ampliaciones del nuevo aeropuerto lastimaría con dureza extrema a zonas ecológicas, como bien lo dijo ayer Yolanda Díaz.

A una semana de la Mesa del Dialogo,las posiciones del gobierno central y el Govern son totalmente enfrentadas.

De no encontrar salida, Pedro Sánchez sin ERC no será capaz de sacar los presupuestos , ello nos llevará a una parálisis, en momentos en que la derecha y la ultraderecha se muestran más beligerantes entendiendo las encuestas que surgen ahora.

Viejos problemas. Las dos Españas y los nacionalismos, sin resolver, pueden crear condiciones que ni nos imaginamos, donde, de nuevo todos perderemos.