Sabedores de su historia, los italianos no olvidan el pasado del fascismo de Mouusolini. Ni olvidan que en 1921, Adolfo Hitler, soldado derrotado en la Gran Guerra ,pasaba a las oficinas del Duce en Roma, para pedir una foto de su líder y colgarla luego en su oficina, como el ejemplo a seguir para lo que sería el nazismo.
No olvidan en que quedó convertida Italia tras aquel fascismo, aunque ellos tuvieron la ventaja sobre Alemania y España, de poder colgar a Moussolini con su amante de un árbol boca abajo en medio de la multitud.
Hitler se quitó la vida pero Franco se mantuvo 40 años y murió en la cama.
Algo saben del tema. Y el brote fascista del domingo donde intentaban tomar el Palacio del Quirinal pero tuvieron que conformarse se quedó en el asalto de aquella marcha que terminó entrando en la sede del principal sindicato italiano.
Mientras nosotros dejamos entrar a VOX a las instituciones gracias al Partido Popular y Ciudadanos, ellos hablan de ilegalizar a los grupos fascistas.
La diferencia de un pueblo que pudo colgar a aquel ridículo dictador de un árbol boca abajo, a otro que dejó morir en la cama al suyo, y que 80 años más tarde no es capaz de acabar con aquel pasado.
“Pueblo que oculta su pasado está condenado a repetirlo”.
Ni Italia ni Alemania ocultaron su pasado, nosotros si.