Ayer en Roma no sólo se prepararon los detalles de la cumbre del G20 que se celebra para preparar los acuerdos para la Cumbre del Cambio Climático en Glassgow este fin de semana, sino que los mandatarios aprovecharon para hacer reuniones bilaterales.
Además de la entrevista con Macron donde reconoció el error de haber dado lo que este último llamó ” puñalada trapera”, cuando Australia, ya socio con EE:UU. y Reino Unido en Japón, dejó de comprarle aquellos submarinos nucleares por 56,000 millones de dólares y se los compró a los EE:UU., Biden tenía algo más importante: El Papa Francisco.
Segundo presidente católico norteamericano, tras Kennedy, la todopoderosa Iglesia de los Estados Unidos, había decidido NO DARLE LA EUCARISTÍA por apoyar el aborto.
Sólo podría recibirla si el Papa Francisco lo autorizaba.
Seguramente que en la larga entrevista, Francisco le habrá comentado que “sabía de que se trataba”, por que esa Iglesia lleva años con la Alemana , la Española y The Movement tratando de tirarlo.