Hace muchos años la Revolución Sandinista fue recibida con ilusión por toda América Latina y el mundo. Acababan de terminar con el dictador Somoza, que como Batista reflejaban las dictaduras del siglo pasado en aquella Sudamérica.
Pasaron los años y Daniel Ortega y su familia resultaron tan perniciosos y antidemocraticos como Somoza, que ya es decir
Las palabras contra España de estos días, no son más que la expresión de su frustración.
Nada que ver los ” sandinistas”, con lo que significa en su nacionalismo Evo Morales, Pedro Castillo o López Obrador.
México acaba de pedir a su embajador que regrese al país.