Tres años del nuevo gobierno en México, y las relaciones son frías entre ambos gobiernos, casi meramente normales. El cambio del modelo, no de partido, de Nación en México, su defensa de su pasado indígena, y los intereses de las grandes trasnacionales que hicieron sus grandes fortunas en aquel país a base de los corruptos presidentes mexicanos, desde Salinas, Zedillo, Calderón y Peña Nieto, donde hicieron Las Américas OHL, Repsol, y otras, cayendo en una corrupción que se ha acabado con López Obrador, donde las puertas siguen abiertas como lo mostraron en sus fotos en Palacio y las facilidades que tienen Santander y BBVA ..
Lástima. Por supuesto, como español estoy con el Gobierno de Coalición y feliz de la aprobación de los mayores presupuestos sociales de la historia de España, pero es que lo que está sucediendo en México, es verdaderamente notable y respetado en todo el mundo.
En aquel acto en el Zócalo, donde se celebraban hace unos meses los 200 años de la Independencia de México, donde hubo delegados de todo el mundo y,un alto representante de El Vaticano y un mensaje de Biden, no hubo nadie que representara a España.
Más inteligente que nosotros fué el Papa Francisco. Mandó una carta que se leyó aquello noche a nivel de todo el país por donde “pidió perdón por los excesos” pero recordó que en 1810, Miguel Hidalgo llamaba a la independencia con la Virgen María al frente.
Si se requiere relaciones entre hermanos, hay que empezar por la historia. Los excesos de los colonizadores que en 100 años acabaron con el 90 % de la población indígena, pero que también dejaron allí los valores, ya fenicios, griegos, romanos, musulmanes que España sembró, además del idioma en aquellos territorios.
Pero en España, fue la conquista. Punto final.
Dejo constancia de la lejanía y frialdad de México y España, de sus gobiernos.