Finales del siglo XIX, un norteamericano lo intenta y lo logra: un cable submarino para enlazar el telégrafo de Estados Unidos con Europa, desde Groenlandia a Irlanda. Una proeza.
Hoy en un cable de 2 cms de diámetro,, recubierto de hierro y aluminio, con LA FIBRA ÓPTICA dentro, la red del cableado mundial es de 1,000 millones de metros, y es por donde circulan, a través del fondo del mar, el 90 % de las comunicaciones entre los 7,600 millones de seres humanos, con los satélites como complementos.