Aquel día de 1969 en Guadalajara , se cumplían 30 años de la primera vez en que Rafael, cómodo y calentito en la placenta de Pura 3 años antes de nacer en la ciudad de México, había conocido la tierra de Emiliano Zapata, en la ciudad de Cuernavaca, Morelos.
Sus padres parte de los 34,000 que lograron el asilo en México, tras 8 años de lucha en defensa de la II República Española como parte del pueblo español ,unos más de los sin nombre en España, habían aterrizado en el calor, las palmeras y el cariño del pueblo mexicano, en la ciudad de Veracruz
Aunque eran 280,000 los exiliados españoles en Francia, en 28 campos de concentración, tras las 80,000 visas firmadas por don Gilberto Bosques cónsul mexicano en Francia, la salida se cerró de golpe cuando Serrano Suñer, el “cuñadisimo” del Caudillo, negocio con los nazis, impidió la salida y mando a muchos a los campos de extermino o dentro de Francia.
Derrotados, que no vencidos, daban gracias al gobierno de México, y por ello aquella mañana, aun desde en el vientre de Pura, Rafael fue tocado por al más importante lider de la Revolución Mexicana, Emiliano Zapata, allí en Cuernavaca.
Mucho habían vivido sus abuelos y sus padres desde aquel día 29 de marzo de 1892, en que Sandalio un joven trabajador de Lieres, en busca de trabajo escogió el camino de Gijón y no de las Cuencas Mineras y encontró aquella posada en Lavandera, donde entró a trabajar y tuvo un hijo natural con Cándida, la hija de Teresa la dueña.
Había nacido un hijo que fue registrado en la parroquia del concejo, cuyo roble era el distintivo,con el nombre de Belarmino, sin apellidos.
Ese año había nacido a varios cientos de kilómetros, en una casa de una familia acomodada, Franciso Franco Bahamonde, el mismo año que en febrero Pablo Iglesias el fundador del PSOE, celebraba un acto en Oviedo la capital de Asturias.
En cuanto pudo, Sandalio se llevó al hijo a trabajar, tenía 8 años y su primer trabajo fue en el puerto de El Musel, entre unas piedras en el mar donde solo cabía un niño.
Al regreso, Belarmino, dijo: ” Madre ya tengo trabajo, soy buzo “.
Un año más tarde, ya viviendo en la Sama de Langreo entró a los 9 años a lo que sería su profesión: ser minero.
Ese fue el principio de quien miembro del PSOE a los 15 años, en 1910 cuando daba inicio la Revolución Mexicana, era invitado por Manuel Llaneza a la formación del Sindicato de Mineros, el SOMA, en altos de San Emiliano entre Mieres y Sama del Camino,
Un día se enteró un día que en Gargantada, a quinces kilómetros de la Casa del Pueblo donde vivía en Sama, los domingos había un moza de 15 años, una de las bellas de la comarca que se llamaba Severina, se le podía cortejar, por supuesto la madre a un lado.
Cuando la madre vio llegar a aquel joven de ojos brillantes , su único traje, pero se enteró que era minero, lo miró de reojo: ” Un minero, un sucio minero” lo que menos que querían para su hija.
Pasaron tres meses y al que ella escogió como marido para toda la vida,como así ocurrió.
Con casa, trabajo, miembro del PSOE del Sindicato Minero, una vez conquistada Severina, Belarmino habrá pensado que nada lo pararía…..
La historia de Asturias lo mostraría en 1917, en 1934, 1936 y 1937-.
Testigo de ello lo sería Francisco Franco Bahamonde.