No fue fácil.Al llegar ilusionado, todas las puertas se me cerraron, empezando por Javier Fernández que manejaba al PSOE como al PRI que combatí toda mi vida, y terminando por mi padre. Sólo Iñigo Noriega, Marcelino Gutierez y El Comercio me abrieron las puertas.Gracias