La nueva Reforma Electoral enviada ayer por el presidente, además de democratizar al Instituto Nacional Electoral, eliminaría al 40 % de los 500 diputados actuales y al 25 % del Senado.
Los recursos de los partidos serían para las elecciones y se suprimen los grandes subsidios mensuales.
Las reformas en este proceso en la antigua Nueva España, hoy México, siguen una línea general: DEMOCRACIA Y CERO TOLERANCIA A LA CORRUPCIÓN.
Tan sólo con ello, se ESTÁ OXIGENANDO A UN PAÍS.