Enfermo y sin recursos, acompañado de su familia y de su médico el doctor Rivas Sheriff, lo encontró el Embajador Luis E. Rodriguez que envió el General Cárdenas a salvarle la vida, en la ciudad de Montbau.
Ante el aviso de que un comando falangista venía por él en el 39, El Embajador, compró el mejor hotel de la ciudad, le puso la bandera mexicana en el balcón , lo hizo su territorio y allí pasó sus últimos meses Don Manuel Azaña, y al negarse el gobierno de Vichy a que tuviera la bandera republicana encima de su ataúd, previo permiso de la familia, y como un honor para México, le colocó la bandera de aquel pais.
Allí yace en el olvido el último presidente de la República Española.