Anoche, al ir a ver jugar a su nieto, corto de reflejos,estuvo a punto de patinar de un escalón a otro, donde su mirada reflejaba el miedo.
Aunque esté en su lugar de regatas, con el Bribón, sus amigos y una decena o dos de vecinos que se desgañitando y gritando ” Viva el Rey”, su enojo al darse cuenta de su precipitación y la información de la Zarzuela, el Gobierno que le ha llegado, fuera de sí al preguntarle una periodista: ¿ Oiga y va a estar en lunes en Zarzuela?, volteó molesto: “Pregúnteselo a ellos; yo estoy en Sanxenxo “.
Intuye que ese reto de ayer, será su última visita a España en vida.
La foto,del lunes, es la que quedará para la historia.