Juan Pablo II, iba a realizar la novena visita a México. Todos los gobernadores, los delegados de la ciudad de México, anhelaban con que fuera en su territorio.Pero aquel día miércoles, tras la reunión con los altos generales de Seguridad Pública, el autor, uno de los 17 Sub Delegados encargados de Seguridad Pública, al llegar a la calle, vió  en el puesto de periódicos la nota. JUAN PABLO SEGUNDO OFICIARA SU ÚNICA MESA EN LA  MAGDALENA MIXHUCA.

¡¡¿Que ?!!. Si la Magdalena MIxhuca estaba en Iztacalco, la delegación donde Cuauhtémoc Cárdenas me había invitado a colaborar..

Había estado con Juan Pablo II como diputado, pero esa vez iba a ser el responsable de la Ciudad de México, junto con la Iglesia Católica y el Estado Mayor presidencial, en organizar aquella visita.No me la imaginaba, ni sabía lo nos esperaba.

Por supuesto nuestra oficina dedicamos un muro entero para una pizarra especial con el mapa de laa Delegación empleado, y fijamos, los  3 círculos de seguridad. Mientra Televisa anunciaba en todos su programas. ;: Faltan  22 días para que llegue el Papa, en nuestra oficina poniamos: Faltan 24 días PARA QUE SE VAYA EL PAPA..

Usted estimada lectora o lectora, ¿nunca le tocó el sentimiento de que en dos días, tuviera la responsabilidad  de  la seguridad del Jefe de la Iglesia Católica  y de la centenares de miles que estarían ahí?.

Mientras en aquella hectáreas de la Magdalena, donde estaba el Autódromo Hermanos Rodríguez y el Foro Sol, donde organicé la visita de los Rollings en aquella espectacular Babilonia, se iba levantando el espléndido altar. En la base de ese altar de 20 metros de altura donde oficiará la misa, se levantaba una estructura de una gran sala, con circuitos cerrados de televisión para que los médicos lo monitorearán, un oratorio, una recamara con una ropa de cama blanca impecable y a un costado el Quirófano.Ambas parte se comunicaban por un elevador.

Las reuniones con los delegados de la Iglesia,del Estado Mayor  Presidencial, de la policía, los bomberos, el metro se hacían en la delegación en la sala de juntas, presididas por este autor que colocó a lo PÚBLiCO al frente de lo privado desde que llegó.

Un dia nos citan a la Sede de la Iglesia Católica, cerca del Zócalo de la ciudad de México y nos informan que JUAN PABLO II, SÓLO TENÍA ENERGÍA PARA 86 PASOS.

Invité a mis gemelas a que fueran a la Delegación, no para ver al Papa en primera fila, sino para ver al papá, organizar la misa del Papa.Gracias al comandante Pablo López Jaramillo, mis hijas tuvieron a una mujer policia de primera, para poder trabajar con tranquilidad. Ellas estuvieron en el altar, usaron el elevador y se asombraron de la recamara y del Quirófano.

Llegó el día. Desde una noche antes centenares de miles de fieles dormían en aquell gran pradera.Tuvimos que revisar y autorizar todos los productos, coca colas, tortas, mantener la seguridad para todos los visitantes y lo demas normal.

De pronto, aquella mañana, llego Juan Pablo II, en su vehículo, que lo dejó en la puerta de la gran sala de abajo.Descansó, subió al altar, dió la misa, terminó y se fue´.

Los medios calcularon 3,500,000 asistentes, de los cuales 1 falleció de un infarto.

En 2 horas todo estaba desalojado y fui con mis hijas a quitarme ese peso, a nuestro departamento, a relajarnos. Con un cafecito caliente, conversaba con mis hijas, y relajado, recibo un telefonazo. Era Pablo López Jaramillo: ” Licenciado, la gente se está llevando todo, macetas, flores.El Estado Mayor se fue y nos dejó todo”.

Hubo que llamar a mas unidades de la policía en ciudad de México y bloquear, la zona principal. Los enorme maceteros, los grandes adornos no importaban, pero el locutorio, la recamara el quirófano…

A las 2 horas, todo se controló y el marte entregamos a la Iglesia Católica aquellos bienes tan importantes.

Ese día, por fin, pudimos relajarnos, Todo en X3, (en términos policiacos: Sin novedad)