Un día invitado fui a una comida que se le daba a un emigrante económico en México. Cada año aquel buen hombre reunía a sus amigos en su constante verano en Boal, en Asturias. Aquel día estaba acompañado por un puñado de personalidades empezando por aquel “empresario” aparente dueño del Atlante y que venía a comprar al Real Oviedo, que se llamaba José Antonio García.
Estaba en la última mesa, cuando alguien recién llegado preguntó al hijo del susodicho García. ¿ Y tu papá ?.
Está en la primera fila con “los narcos”. Se trataba de dos paraguayos cuyo caso no olvide años más tarde en Cancún.
En esta ciudad donde ni siquiera tenían un buen equipo, aparece el Atlante ,para disgusto de mi hermano y mis sobrinas, hinchas desde pequeños del ” equipo del pueblo, los prietitos” lo llamaban que perdían de verlo cada semana en el Estadio de la Ciudad de Los Deportes en la ciudad de México, para irse a…..Cancún..
Un día, un amigo gallego un poco más joven que yo, siempre amable desde la Universidad Iberoamericana, me invitó a comer. Pero queríamos ver el fútbol español, y mi amigo residente allí, me llevó a un restaurante especial.En el marco de una manzana entera, había un restaurante para 1,000 personas, 500 dentro y 500 fuera, donde había una gran pantalla como la de un cine para ver los eventos.
Cuando llegamos a las 3 de la tarde, éramos los únicos clientes, lo que me sorprendió sobremanera.El mesero, nos cambiaba para ver al Real Madrid o al Barcelona, según nuestro gusto.
En el primer nivel unos palcos, dedicados a personajes, pero de pronto observé ” El Palco del Jefe” el “Güero” Burillo y entonces las piezas empezaron a encajar.
Emilio Azcarraga Vidaurreta, el vasco creador a principios del siglo pasado de Televisa, la XEW, el magnate de las comunicaciones. Al morir, había dos herederos primos, de mujeres diferente. Emilio Azcarraga Milmo, el todo poderoso y el “Güero” Burillo.
El primero siguió en Televisa pero el el otro se dedicó al narco.
Aquel restaurante de Cancun, donde se veían y apostaban por las grandes peleas de box, con toda la manzana y sus negocios fue el pago del gobernador de Quintana Roo, para que blanquease el dinero , a cambio de llevarse el club a la primera división de Cancun.
Aque José Antonio García, el “presidente” del Atlántico era el prestanombres de aquellos dos paraguayos que le manejaban el narco al descendiente de aquel hombre.
Venía a España, con la esposa, mientras que en Galicia lo esperaba la amante, y sus familiares mis amigos, presumían de las amistades y la vida de “José Antonio”, quien finalmente fue echado del futbol mexicano.
Nada aquella experiencia de Boal, de aquel capital mexicano,con lo que hemos visto de Irarragorri y su familia ayer en el Sporting.