Sin gritos ni aspavientos, sereno, en marzo de este año el Papa Francisco movió ficha en España, y en la renovación de la Conferencia Episcopal Española, terminaron los días de 8 años de Ricardo Blázquez.En las elecciones se presentaron la renovación, el cardenal Juan José Omella arzobispo de Barcelona y aquel asturiano continuador de la iglesia más rancia, como la ciudad de donde era Arzobispo, Oviedo, Sainz Montes.
La votación mostró un camino: Omella tuvo 55 votos, Sainz 29 y Osorio 1.
Con Omella al frente se han podido dar pasos entre un gobierno progresista de Centro Izquierda, y una presidente de la Conferencia Episcopal, que llevaron a una nueva relación de El Vaticano, con el invaluable socialista Félix Bolaños.
El Concordato, las inmatriculación de los 40,000 bienes de la IGlesia Católica, autorizadas gracias a Aznar sólo con la firma del obispo, sin ninguna autoridad del gobierno, donde entraron todas las iglesias de España, hasta la Mezquita de Cordoba, grandes tierras y hasta discotecas.La IGlesia aprovechó a Aznar y a Rajoy y se disparó con la cuchara grande.
En el futuro de la nueva España democrática politica y económicamente y sin corrupción, ubicar en el nivel que le corresponde a la iGlesia Católica Española, fue una gran ayuda del Papa Francisco I.y quitarle fuerza a la principal opositora al cambio en la historia de España: La Iglesia Católica.