Mi hija me llevó en silla de ruedas en Cancun hasta el vuelo de Air Europa.Algo me había sentado mal en aquel viaje para estar con las hijas y los nietos.Estaba por cumplir los 80, y aunque la capitana del vuelo una sobresaliente mujer de 55 años, delgada, bella, cabello cano había hecho un aterrizaje de lujo,como cada vez que tocaba, al aterrizar en Barajas, totalmente debil solo añoraba llegar a Gijón, caer en Jove y que me ayudaran.
El vuelo llegó una hora antes, y aspiraba a tomar el tren en Madrid de las 3 de la tarde, porque sentía que iban a ser infinitas aquellas horas hasta mi tren a las 8 de la noche. Al hombre que empujaba mi silla de ruedas le regué pasará por Renfe.Mal, apenas alcance a explicarle al hombre que atendía en Renfe, que me dijo: ” lo siento, mire los que hay antes de usted”.Yo llevaba 13 horas de vuelo, y al salir de Renfe, me desplome. Recuerdo que llegó el SAMUR, me pusieron en una camilla y escuché, A La Paz, a urgencias.
Recordaba aquel hospital madrileño no por la muerte de Franco, sino porque el hijo menor de Belarmino, mi tío Agripino, no se sentía bien al regresar de Asturias y la esposa lo llevó a esas urgencias. A los 3 días, de sorpresa, sin que nadie se lo imaginase : ” El señor…se murió”.
Acostumbrado a Asturias, llegué y me encontré que en urgencias había 300 personas(por supuesto antes del COVID) y ahí me sentaron en un sofá como a y todos. Eran las 2.30 de la tarde
Y pasaron las 3, las 4, las 5, las 6, las 7, las 8, las 9 y nadie me atendía.Y las 10 y las 11 y las 12, y yo observaba aquel aquel único médico ni caso.Al llegar avisé que estab mal y que traía en mis espaldas 13 horas de cruzar el Atlántico.
Cuando quedamos cincuenta, aquel hombre seguía ignorándome, quizás por que al llegar le dije que deseaba llegar a Gijón, que por favor me ayudase
Eran las 3 de la madrugada, me levanté como pude, agarré mi maleta y dije, ” me voy”.
Y entonces aparece una mujer y me dice que no. Yo insistí hablándole al médico, y entonces aquí mujer me soltó: “El no es doctor” aquí la que manda soy yo. Pensé y aquel hombre de bata blanca de tantas horas de ayender, ¿ No era doctor?.
“Pues me voy,es mi voluntad, ante la discusión entre todos los pacientes, la señora y ” el doctor””. Pues no, usted no se va “. ” Pues mire aunque tenga que dormir en el suelo a la entrada me voy”. ” Y me dice usted que este señor no es doctor”. Total que viendo mi insistencia, el hombre habló con ella, y regreso conmigo, yo ya de pie, al límite.” Calmese, firme este papel que usted sale por su voluntad”.
Lo firmé, salí, tomé un taxi, me fue a un hotel, en la mañana tomé el tren y me presenté en Urgencias de Jove(un amigo me dijo en los apartamentos que “parecía un cadáver”.) Pues llegué a a Jove, y quedé en sus manos. De inmediato de dieron suero, me recuperaron y me subieron a planta.
A las 2 horas, llegue la doctora que me atendería, y me dice : ” Así que usted es el que se escapó ayer de La Paz.” Me habían volanteado a como un riesgo a la salud de todos los españoles.
Y allí me recuperaron en 3 semanas.
Un lujo la sanidad asturiana.
Cuando me hablan de Madrid, y sus problemas de la Salud Publica , siempree recuerdo a mi tío, y dije yo estoy aquí por que tuve la decisión de enfrentarme.
Una experiencia que la puedo contar por puro instinto de vida.
En 83 años, he tenido la suerte de no haber estado nunca en un hospital.
Quizás las experiencias de las luchas sociales en México y haber dormido mas de una vez en la calle en lucha de campesinos o ante la embajada, de EE:UU, me curtieron.
¿Y como fueron las últimas horas de Agripino, o la de tantos que se les avisaba a los familiares: ” el señor, o la señora…e murió “
Nunca las sabremos….