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Rafael Fernández Tomás

Reflexiones de Belarmino

¡¡¡¡EL SALMÓN 3.- LOS JESUITAS, GUADALAJARA, LOS MARIACHIS Y FREUD !!!

Aquel atardecer del otoño de 1969 se encontraron de frente, inesperadamente en el corredor principal de la Universidad Iberoamericana en ciudad de México. Ella esperaba hablar por teléfono en aquella aquella caseta pública y el se dirigía a terminar los festejos por el 200 aniversario de la nacimiento de Beethoven. Aunque cada uno sabía del otro, era la primera vez que cruzaban sus miradas.

Tímido desde la infancia, apenas recuperada la autoestima después de su detención en Oviedo por parte del Comisario Ramos y su expulsión de España, él se detuvo y le ofreció el teléfono de sus oficina como dirigente de los estudiantes.Ella aceptó, sabía de él y subieron al primer piso donde estaban sus oficinas y mientras ella hablaba, él la observaba.

Rubia, piel blanca co un cuerpo esplendido, ojos entre grises y verdes, elegante. Deborah era considerada en ese universidad de las hijas de las élites,como la más bella.Casada, con 24 años y un hijo llegaba todos los días a la universidad y en el corredor del estacionamiento, entre verdes,impecable mente cuidados, a las aulas Rafael desde que la vio lo atrapó la belleza singular de aquella mujer..

Al terminar regresaban hacia los jardines, cuando él le dijo: “Estoy  triste”, y ella, sin pensarlo le respondió: “¿Me invitas un café “?.

Por supuesto.

Desde ese instante el dio instrucciones para que se hicieran cargo del concierto y disculparse ante el rector Ernesto  Meneses de la principal universidad de jesuitas del país y ambos se fueron a la Cafeteria Blanca, donde, desde las 6 de la tarde hasta las 11 de la noche que cerraban, iniciaron, sin saberlo, una relación que los marcaría a los dos.

Y surgió la magia para ambos. De inmediato conectaron.Surgieron las primeras palabras, las siguieron otras, hasta que llegó un momento en que podían no surgir, dando paso a silencios donde las miradas las substituían.

La vida de cada uno, la cultura, la música, la pintura, la fotografía, la naturaleza surgían suavemente entre ellos entre café y café,arropados por los verdes de los jardines y flores,como un suspiro, hasta que viendo que se iba vaciando la cafetería y la propia universidad era el momento de separarse.

Al finalizar, Rafael le sugirió: “¿ Nos vemos aquí dentro de 15 días, a la mismas hora ?”.A ella le pareció bien y, ambos, caminando fueron al estacionamiento: ella a recorrer el Ford Match One que le había regalado su millonario esposo y Rafael su Wolkswagen también del año.

Camino hacia su departamento de la Campestre Churubusco, Rafael iba con un sentimiento que nunca una mujer le había producido y algo similar le pasaría a ella cruzando la ciudad hasta las Lomas de Chapultepec, la zona de las élites del país.

Algo había surgido entre ella, separada de su marido y el, soltero de 29 años: ella estudiante de Ciencias y Técnicas de la información y el de Ciencias Políticas y Sociales..

Y así fue. En esos 15 días podrían cruzarse en la universidad como dos desconocidos, ninguna palabra, ningún gesto, pero en el futura fecha a las 6 de la tarde, uno entraba por una puertas y el otro por otra diferente.Se sentaban y , de nuevo la magia aparecía.Más cómplices, más amigos y con mayor confianza, sus vidas sus inquietudes volvieron a surgir, con más serenidad pero con mayor profundidad.

En tres ocasiones se vieron, agotaron las 5 horas, mientras sus vidas fluían con suavidada, sisn darse cuenta de que estaban sembrando una semilla, que era sólo de ellos, y que crecería conforme ambos la mantuvieran con el sol y el aguita los dos.

Al terminar la tercera conversación, Rafael le sugiere: ¿”¿ Que te parece que la próxima vez, nos veamos dentro de 15 días, a las 5 de la tarde  en la Catedral de Guadalajara, la bellisima ciudad de México a 500 km. al norte de aquella cafetería. Deborah, desconcertada pero sensibles, lo miró a los ojos, pensó y le dijo: ¿Guadalajara,?¡¡ por supuesto !!.

Eran principios de octubre, el otoño a la vista, las ojas cayendo sobre los grandes parques de la segunda ciudad del país.

El día fijado, a las 5 de la tarde, cada uno entraba por un portón de aquella catedral,su ubicaban, se sentaban uno junto al otro sin hablarse. No era el momento de la palabra, sino de los sentidos.Sus manos se entrelazaron durante 10 minutos y todo se trasmitía a través de las caricias de los dedos, de la mano. Era muy profundo el sentimiento entre ambos. El silencio de esa catedral y su belleza los arropaban.

Plenos, fuera los esperaba la gran ciudad y sus grandes jardines arbolados, quee tan famosa hacían a esa ciudad.

Y echaron a andar, entrelazadas sus manos sin rumbo por la ciudad,recibiendo todomlo que la ciudad ofrecía. Cielo azul, transparente, aire limpio y belleza en su entorno.

Los mariachis todavía callaban y el tequila esperaba.

Tras horas de degustar la ciudad y la empatía entre ambos, Rafael la llevó a aquel hermosos hotel colonial, lleno de flores, la expresión del México de la colonia.La suite era muy hermosa. Ventanales, con cortinas de colores, tapices,  mesas, sillas y la gran cama, aquel especio que horas más tarde iban a compartir, habia sido correcto.

Tras refrescarse y cambiarse bajaron al gran restaurante. Allí, ante los tequilas, el guacamoles, el mole poblano, los frijoles, y las tortillas, los mariachis surgieron en su esplendor, con dos trompetas símbolo de su calidad.

Por supuesto, Rafael los llamó para que eles tocasen a ellos dos. Y la musica del mariachi inundó el ambiente, las normales mas todas las que Deborah y Rafael pedían. Cuando llegaron los postres de la ciudad y el café de olla, los efectos del mariachi , obligaban a la intimidad.

Al llegar a aquel suite, ambos eran conscsientes de en 3 meses, si se habían dado un beso.Cuando desnudos, se arroparon en aquellas impecables sábanas blancas y entonces, sus cuerpos se juntaron, las caricias aparecieron.

Cuando el la penetró y su forjó la unidad, surgió, una etapa diferente.Los dos con experiencia hicieron de aquella noche inolvidable, pero que enseñaría.

Rafael no olvidaría que para tener el orgasmo había tenido que pensar en otra mujer y Deborah, sudorosa pensaba hacia si,” tampoco con ese hombree, tan cercano, tan especial había logrado el orgasmo.

Rafael no conocían los trabajos de freud, sobre como el hombre desintegraba la figura de la mujer entre la madre y la puta y la mujer entre el padre y el cabrón.

Pero, ambos se abrazaron y así compartieron toda la noche.

Al despedirse en el aeropuerto de Guadalajara, decidieron que la siguiente cita fuese en las ruinas de Palenque, en Chiapas a 1,500 km de allí.

El análisis quedaría para el futuro.La planta  había surgido pletórica aquel día, y los acompañaría dos años más, donde Deborah, dejó al marido, aquel hijo de un contratista del gobierno que había hecho ssu fortuna con la concesión de hacer todas las escuelas del país, quien le habia regalado los mejores autos del año, para que nunca un ” pinche” hombre en un Wolswagen le “quitase a la mujer”.

Pues el nieto mayor de Belarmino, hizo lo mismo que él con Severina casi 60 años antes en Gargantada, en Langreo, que la abuela comentaría a su nieto, 20 años después  de la muerte de Belarmino a los 58 años: “¡¡Vuestro guelo, era, feo, muy feo, pero….,tenía un “fiu”!!.Asturias sabría de él  en el futuro.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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