Cuando se confirmó ayer el Mundial del 2030 en España, Portugal y Marruecos, vino a la memoria aquel reloj.Con su generosidad, mi padre me obsequiaba en Oviedo, el reloj que le había regalado Havelange a todos los presidentes de las Comunidades sedes en 1982.Inolvidable , sede asturiana, que esperamos se repita en 2030.