Hasta hace una semana, Benjamín Netanyahu, avanzaba,con su crisis interna, viento en popa.Con su claridad de que detrás tienen a los Estados Unidos y las, estimadas 200 bombas nucleares, a apunto de ganarse otro tanto, con el convenio con Arabia Saudita, que con Marruecos ya reconocían a Jerusalen como capital del Estado israelita.
Han pasado tan sólo 8 dias, ha sido atacado dura e inteligentemente por Hamas, y aunque unió a su pueblo, todavía no puede entrar por que están contra él los familiares de los 160 rehenes israelitas; que tiene el rechazo mundial; que ha levantado a todos los grupos”terroristas” que encontraron por esa vía como enfrentar aquella imposición de 1947 del Reino Unido en la histórica Palestina, y que cuando se atreva a hacerlo, por supuesto Hezbollah le abrirá el frente norte, el conflicto se extenderá y las consecuencias mundiales, obligarán a retroceder de los Altos del Golán y de Jerusalen Este, para lograr los DOS ESTADOS de una forma definitiva.
Ni en la crisis de los misiles en 1962, por que no había los medios de comunicación masivos, Israel se ha exhibido tanto ante los 8,000 millones de habitantes.
No sólo será el final del gran amigo de Trump, sino que será el primer dirigente israelita desde 1947, que va a quedar peor que antes de empezar.