Ayer en una insolita reuniòn en Bruselas, donde las malas caras eran sustituidas por las imagenes de felicidad de todos, empezando por Boris Johnson, cuadrandose ante Macron; la señora Merkel con una amplia sonrisa; Barnier el negociador que lo logrò, donde sòlo faltaba el champagne y donde sòlo habìa una cara con tono grave que era la de Pedro Sànchez, se llegò a un acuerdo para la salida el 31 de octubre del Reino Unido, en forma ordenada, de la Uniòn Europea.
Pero, todo se puede ir al traste si mañana en el Parlamento Boris Johnson no logra ganar la votaciòn.
Lo ùnico cierto es que tendremos que soportar a Picardo varios años màs.