Asistentes a aquella reunión comentaron las “soledad infinita” de José María Aznar ante la negativa de Rodrigo Rato, a su ofrecimiento para que fuera su sucesor en las siguientes elecciones.Ello abría el camino a Mariano Rajoy, luego a la descomposición del Partido Popular y finalmente a el “gancho al hígado”que ,de sorpresa, le soltaron a Rodrigo Rato.

En la ventanilla de aquel aparato de United Airlanes, se veía majestuosa la Gran Manzana de Nueva York.. El río Hudson se dibujaba a lo lejos, cuando nuestro personaje sentía, con su esposa, lo que significaba aquello. Entraba a las Ligas Mayores. Director General del Fondo Monetario Internacional , se encontraba en la creme de la creme  tan lejos del pueblito de la Asturias donde había nacido .Si su abuelo había estado en la cárcel, estaba en lo más profundo de su mente, mientras pensaba en lo grato que le estaba resultando la vida.Agarró la mano de su esposa, la segunda, y aterrizó en la ciudad de Nueva York.

Y estaba por fin, él,  Rodrigo Rato en las oficinas del Fondo Monetario Internacional. En medio de la élite económica y política del Mundo; con informaciones privilegiadas y relaciones que nunca hubiera tenido en tantos países del mundo.Y él, era el Director de aquel organismo surgido en 1945 en Bretton Woods, para fijar la política económica en todo el mundo.

Sentado en su gran oficina, con vistas al Hudson, plenamente satisfecho, seguía la información económica y política mundial, hasta que dos hechos le llamaron la atención: el surgimiento de Sarkozy al frente de Francia, de la derecha francesa y los indicadores que día a día preocupaban por la posibilidad de algo parecido a la Gran Depresión de 1929.

Y lo medito y lo meditó….

Un día tomó la decisión: El sería el Sarkozy de España y además no tendría que lidiar con aquel tsunami, que quienes tenían la información predecían..

Y aquel día, aquel triste asturiano, decide presentar la renuncia, debido a la “morriña” de su tierra y de sus hijos.

Y aparece en España, como el gran hombre de la derecha española que incomodó a Rajoy, pero que a José María Aznar le revivió “aquella infinita soledad”, que le produjo el que era su delfín y lo había subestimado y despreciado.

A disposición de su Patria, de todos los españoles, se presentó en las oficinas de Rajoy para ponerse a disposición de su partido, del Partido Popular.Sin embargo poco a poco empezaron a llegar informaciones de Nueva York, de la falta de capacidad para aquel puesto y las deficiencias que había tenido.

Y entonces empezó a aclararse la figura del ” hacedor del milagro económico español”. Y le entregan Bankia y la hace trizas, y cada vez que veía más lejano aquella candidatura, le surgen las tarjetas Black, pero seguía siendo él, el gran Rodrigo  y entendiendo como se venías las elecciones de noviembre del 2015, y la evidente derrota de >Mariano Rajoy en cuanto Pasasen las Autonomicas y las muncipales el 24 de mayo, correspondía alargar los problemas..Sonreía para sus adentros, cada vez que le daban las encuestas del desastre hacia el que se encaminase Mariano Rajoy, y sorteaba lo mejor que podía el caso Bankia, retrasandolo en el tiempo.

Hasta que un día, fríamente calculado, con alevosía y ventaja, alguien ” que no olvidaba aquella tristeza infinita” le soltó el “gancho al hígado”.

Todo preparado.Las instituciones del Estado, toda la información secreta, todos los movimientos en los bancos, y las cámaras de televisión haciendo guardia una hora antes, de sorpresa, todo se derrumbó para él. Ni suceder a Rajoy, ni futuro alguno y el pago a aquella deslealtad. Las cañerías del Estado habían funcionado a la perfección.

Todo lo que   ha salido de la vida del prócer Rodrigo Rato, de su árbol genealógico , el congelarle todas sus cuentas, sus inversiones, propiedades y dejarlo hecho talco para el resto de sus días, que desgraciadamente pagarán sus hijos y sus nietos, fué manejado friamente calculado. El hombre que filtró la información fue  Luis de Guindos, pero la mano negra…….se la cobró..

Se hundía aun más el Partido Popular…….