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Rafael Fernández Tomás

Reflexiones de Belarmino

¡¡¡¡HACE 50 AÑOS, EN LA CAMA DEL HOSPITAL GUARNECIDO DE LOS HALCONES,SIN TIROS YA EN LA CALLE…..!!!

Esta es la crónica para el Blog de El Comercio, del autor, de lo ocurrido hace 50 años en ciudad de México, ante la matanza del jueves de corpus del 10 de junio de 1971, donde el presidente Luis Echeverría Alvarez, en una maniobra maquiavélica, preparó una jugada a tres bandas, que dejo en el suelo al regente de la Ciudad de México,que odiaba, al Gobernador Elizondo de Nuevo León, pero, lo más grave, asesino a 101 jovenes, hombres y mujeres.

Es una síntesis, en la memoria, de lo publicado en el diario GRANMA de Cuba.

Una manifestación de apenas 5,000 personas había sido convocada, por Salvador Maryinez de la Roca y el nieto de Belarmino, este autor, como apoyo a los estudiantes de la Universidad Autónoma de Nuevo León, y trascurriría del casco de San Tomas, en la sede del Instituto Politécnico Nacional hacia el Zócalo.

Al partir de la columna, vi entrar a Jorge Belarmino, mi hermano, a quien saludé, mientras el iba a ocupar en la parte de atrás su lugar con sus compañeros de la Facultad de Filosofía y Letras.Un minuto más tarde, al salir de aquella callecita y dar vuelta en Ribera de San Cosme, nos encontramos con los contingentes de la policía vestida de azul. No era la primera vez, pero si lo era que, entre ella, aparecieron Los Halcones, jóvenes preparados por el ejercito de 20 años, drogados, con sus varas de bambú y sus M1 y M2, armas cortas, y empezaron a disparar a mansalva a los manifestantes, por delante, por en medio y por detrás, en una organización total que cumplió sus objetivos

Al frente, al darnos cuenta, doblamos y echamos a correr en dirección opuesta, sin saber si aquellos disparos nos iban a tocar a no.Bien llegué al Cine Opera, llamé a Vértiz preguntando por Jorge, y Pura y Rafael no sabían nada. Ello me llevó a regresar al estacionamiento del Hospital Ruben Leñero, donde había dejado mi volchito.

Al llegar me di cuenta de la magnitud de la tragedia. Decenas de ambulancias llegaban. De inmediato, ayudamos  a organizar, a tomar nombres de los heridos, a dar tranquilidad, rodeados de médicos y enfermeras, cuando, de pronto, un silencio sepulcral, se escuchó en el hospital. 5 halcones estaban en la puerta del hospital, Este tenía dos cuerpos,uno mayor que otro, unidos por un corredor de 15 metros de cristal.

Subimos al más bajo, y allí médicos y enfermeras a varios nos ponían las batas de los hospitales y nos metían en las camas vacías Por supuesto ante la delgadez, y el cabello cortó de los pacientes, aquellos jóvenes, de cabello abundante y con color en los rostros, parecían todo menos enfermos. Ese día ,tenía 31 años, el nieto de Belarmino pensó que era el final, esperando a los Halcones.Pero no llegaban. Supimos que habían entrado al edificio principal y allí, recorrían los quirófanos asesinando a los estudiantes, mujeres y hombres.

A las 8 de la noche cesaron los disparos, tras dos horas, y en la cama, me preguntaba¿ no es posible que el presidente Echeverría no lo supiera, recordando que tres semanas antes, en un domingo en la tarde nos recibía en la Residencia oficial de Los Pinos, a los dirigentes de los tabacaleros de México y a su asesor, y en una gran reunión de tres horas les había servido personalmente chocolate y pan de dulce.?.

Nuestro nombre aparecía en todos las notas invitando a la manifestación.

Finalmente a las 12 de la noche,con ayudas de médicos y enfermeras pudimos salir, tomar el coche y salir de allí, hasta que en Insugentes y Reforma encontramos los Caldos Zenón 24 horas abierto, donde aquellos caldos con pollo y sus tortillitas, con una Coca Cola, aminoraron la ansiedad y el miedo.

Al llamar a mi casa, Rafael mi padre, me dijo que Jorge estaba bien, pero ya había ido la policía a buscarme.

Instalando en el hotel donde mis padres habían celebrado sus bodas de plata, con el mismo menú que en 1937 en Arenas de Cabrales, dormí, dormí.

Al día siguiente, los telediarios decían ” Se busca a Rafael Fernandez Tomás y a Salvador Martinez de la Rocca, por ser los culpables del enfrentamiento de ayer que dejó 3 estudiantes fallecidos y 150 policias heridos.La hermana del dirigente comunista español Fernando Claudín, y su marido me dieron refugio varios días.

Pero un día, cambió todo. El presidente Echeverría echaba al regente Martinez Dominguez, estaba en la cárcel el Gobernador de Nuevo Léon y los malos eramos los buenos.

En la UNAM habían ido los familiares de los muertos y heridos y se volcó toda la información. Con ella hice Un Libro blanco: 101 fallecidos con nombres y dirección. Los generales que habían preparado el campo de entrenamiento y más información.

El Universal el más importante diario del país, le ofreció al Ing. Heberto Castillo, en la organización del nuevo partido, una pagina entera a la semana para que los jóvenes se expresasen, y Heberto me la encargó a mi.

La primera y única vez que salió titulamos EXIGIMOS CASTIGO PARA LOS RESPONSABLES DE NUESTROS MUERTOS.

Allí dimos a conocer el tamaño de la tragedia, los nombres de los 101 muertos, los generales, el por que de los halcones,ect.

En síntesis, Luis Echeverría Alvarez, que había sido el que diseño la matanza de Tlatelolco, preparó aquella maniobra, carambola a tres bandas, para acabar con su posible sucesor Alfonso Martínez Dominguez, regente de la ciudad, terminar con el gobernador Elizondo y darle el golpe final al Movimiento Estudiantil de 1968.

Ese día 10 de junio de 1971, que ayer se celebró en todo mexicano: “10 DE JUNIO NO SE OLVIDA”,desde López Obrador hasta las decenas de miles de estudiantes en todo el país.

Toda la historia quedó grabada y publicada en el diario Granma de la Habana.

Luis Echeverría Alvarez, hoy con 102 años, y en su mochila más de 600 muertos de 1968 y 1o de junio del 71, nunca fue juzgado.

Ese es el México que nos tocó vivir.

 

 

 

 

 

 

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